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Qué Dice la Biblia de la Ejecución del Plan de Rescate Divino?

February 23, 2012

En la primera entrada de esta serie vimos lo que la Biblia afirma acerca de la condición natural del hombre. En la entrada anterior vimos la necesidad de una intervención divina si es que iba a haber un rescate de pecadores. Además vimos del propósito de ese plan eterno de Dios.

Ahora, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente, cómo reveló la Biblia en el Antiguo Testamento la necesidad de un plan de redención?

Lo cierto es que toda la Biblia nos habla de la redención como el rescate de pecadores para la gloria de Dios. Y esto es revelado en la Palabra de Dios desde el principio.

1. Es revelado en la promesa de un redentor.

En Génesis 3: 14-15 leemos lo siguiente,

“Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”

Qué fue entonces lo que le dijo Dios a la serpiente en presencia de Adán y Eva? Primero, que un hombre vendría a libertar a la humanidad. Segundo, que no sería ni Adán ni Eva. Tercero, que sería un descendiente masculino de Eva. Cuarto, la concepción de este hombre sería inusual –podríamos decir milagrosa. Quinto, que la manera en que lograría este rescate sería siendo Él mismo herido en lugar de Adán y Eva, y por esa herida destruiría a la serpiente.

2. Es revelado en la enseñanza de la expiación sustitutiva por medio de sangre.

En Génesis 3:7, luego de pecar, Adán y Eva cosen hojas de higuera para tratar de tapar su pecado. Pero lo que vemos en el versículo 21 es que Dios rechazó tal cobertura.

El pecado no se cubre con otra cosa que no sea sangre, significando la muerte de un sustituto en lugar del pecador, como lo podemos deducir de Génesis 3:15. Dios fue el primero en derramar sangre para lidiar con los efectos del pecado de Adán, matando animales para cubrir al hombre y a la mujer adecuadamente.

Esto también lo vemos en los patriarcas quienes sabían que acercarse a Dios sólo era posible por medio del derramamiento de sangre (Génesis 4:4; 8:20). Lo vemos también en la celebración de la Pascua (Exodo 12) en donde una víctima inocente es separada y sacrificada como sustituto del pueblo de Dios.

Lo vemos luego en la institución de todo un sistema de sacrificios en la Ley.

Pero la pregunta para nosotros es, Porqué tanta sangre? Bueno, porque eso es lo que se necesita para rescatar a seres tan perdidos. Eso fue lo que Dios habló acerca de la simiente de Eva, herido en lugar de Adán y Eva. Cómo es que esta sangre logra expiación? Leamos Levítico 17: 11-14,

11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. 12 Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre. 13 Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. 14 Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.”

En su enseñanza a Su pueblo Dios quería que ellos vieran la sangre como algo ligado a la expiación por el pecado. Cuando un israelita pecaba debía pensar inmediatamente en la necesidad de proveer una criatura inocente y sin mancha sacrificado como su sustituto para expiación del pecado cometido.

Sin embargo, la Biblia también nos dice que todos estos sacrificios fueron una sombra del verdadero sacrificio que se expresa en la doctrina de la expiación penal sustitutiva.

3. Es revelado en el cumplimiento de las profecías.

Primero, el redentor prometido en Génesis 3:15 sería un individuo (Isaías 52:13-53:12).

Segundo, Él tendría lo necesario para redimir al hombre, es decir, sería hombre (Daniel 7: 13-14) y sería Dios (Isaías 7:14 y 9:6). Como hombre nacido de una virgen podría actuar como sustituto de Su pueblo, habiendo sido concebido por el Espíritu Santo y por lo tanto sin pecado, enteramente justo. Pero además, tendría todo el poder y el valor intrínseco como Dios encarnado para hacerlo.

Tercero, Él hace todo lo que es necesario, es decir, viviría la vida perfecta que ninguno de nosotros podía vivir y luego al final de su vida trataría con nuestro principal problema: el pecado.

Los hombres por su condición espiritual no necesitan más reglas, leyes, un rey perfecto a quien imitar, ni una sociedad perfecta. Nada de esto nos puede redimirnos de nuestra condición. Cuál es la necesidad revelada en la Biblia? El profeta Isaías lo dice muy claramente,

1 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.  6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.  7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.  8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.  9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”

Lo que vemos en este pasaje es la necesidad del Siervo Sufrido de Jehová, inocente, cargando los pecados de Su pueblo, muriendo en Su lugar [expiación sustitutiva] por el puro placer de Jehová, para nuestra justificación.

Ahora, quién es aquel capaz de ejecutar ese pl;an de redención? Lo veremos en la próxima entrada.

 

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