Acusaciones de los Judíos a la Iglesia Primitiva
El autor Michael Green relata en su libro, “Evangelism in the Early Church,” los grandes obstáculos que enfrentaron los primeros cristianos al evangelizar a los judíos. Según Green, los creyentes tuvieron que desarrollar todo un cuerpo apologético con el cual responder a acusaciones como la siguiente, “Ustedes cristianos no tienen sacerdotes, ni sacrificios, ni un altar, ni un templo, ni circuncisión.” Nos cuenta el autor que la respuesta cristiana fue algo como esto,
De hecho que sí lo tenemos. Tenemos un templo no hecho con manos, el templo es el cuerpo de Cristo en el cual hemos sido incorporados. Tenemos un Sumo Sacerdote que ha entrado en el cielo mismo, para aparecer ahí a nuestro favor y de hecho como nuestro precursor. Tenemos un altar (la cruz?) de la cual ustedes no pueden compartir, pues ustedes adoran aún una sombra, no la realidad. Sus sacrificios son inefectivos: ellos no pueden traer adoradores a Dios. Pero nosotros somos traídos cerca a través del eterno sacrificio del Hijo de Dios, y ahora ofrecemos, como los redimidos, sacrificios de alabanza, agradecimiento, nuestro dinero, y nosotros mismos que son aceptables a Dios de una manera en la cual la de ustedes nunca podrá serlo, pues los suyos nacen de una relación equivocada con Él. Con respecto a la circuncisión, nosotros tenemos una circuncisión hecha sin manos, cumpliendo esa circuncisión interna del corazón exaltada por los profetas. Hemos sido bautizados en la circuncisión de Cristo, la remoción total del pecado que Él logró en la cruz; de ahora en adelante la circuncisión física es un tema secundario.” página 153
Así, dice el autor, fue como se trató con las ordenanzas externas en el Nuevo Testamento.