Cristo Murió!
Mi pastor Steve Henning sufrió hace ya casi año y medio de un cáncer de colon avanzado, que lo llevó a la muerte casi seis meses después. A causa de esa enfermedad tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones. Cuando estuvo internado por segunda vez debido a complicaciones sépticas de la primera cirugía, y luego de haber estado en cuidados intensivos con el abdomen abierto, siendo llevado a sala de operaciones para lavar la cavidad abdominal en varias ocasiones, le hice una pregunta: “Si usted hubiera sabido que iba a pasar por todo esto…se hubiera operado la primera vez?”
Es muy difícil que nosotros podamos ponernos en los zapatos de alguien que haya sufrido mucho, pero, así como el pastor me respodió, creo que la mayoría de los que han sufrido graves cosas responderían igual: “No!” Nadie, si fuera posible, volvería a hacer algo que le hubiera costado muchísimo sufrimiento. Pero lo que estaba en la mente del pastor y mía era: “Cristo fue a la cruz sabiendo exactamente lo que le esperaba.” E hizo esto con todo amor y obediencia.
Pero, así como los apóstoles, nosotros podemos, en ocasiones, perder la perspectiva de lo que ocurrió en Gólgota. Es el evangelio. Un mensaje tan increíble que es locura para aquellos que se pierden (1 Corintios 1: 18-25). A que me refiero con perder la perspectiva? En el evangelio según Lucas, en el capítulo 9, el Señor está preparandose para ir a Jerusalén para ser muerto, y le lo intenta explicar esto a sus discípulos. En el versículo 22 les dice,
Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.” Lucas 9: 22
Y luego en el versículo 44 refuerza la idea diciéndoles,
Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.” Lucas 9: 44
Pero a pesar de la claridad con que Cristo les hablaba, ellos no entendían. Y esto es lo que vemos en el versículo 45, que dice, “Mas ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen; y temían preguntarle sobre esas palabras.”
Queda claro que los apóstoles tenían una perspectiva equivocada de lo que ocurriría en Jerusalén. Ellos no entendían lo que verdaderamente ocurriría. Cómo sabemos esto? Leamos lo que narra Lucas en el capítulo 19. Leemos acerca de los apóstoles y la multitud que venía siguiendo a Jesús y habían presenciado muchos milagros hechos por el Señor. En Lucas 19: 11 leemos que, “ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.”
Qué estaban esperando realmente los judíos? Lo que esperaban era un Mesías que los libertara de su opresor y estableciera Su reino. Cuál opresor? Roma! Los judíos estaban esperando a su libertador.
No lo veían como lo que era, es decir, el Rey que los libertaría de su mayor opresor, el pecado. Cuando Jesús fue arrestado y humillado, nadie lo defendió, ni luchó por Él. Dónde estaban todos los que le seguían? Seguramente pensaron que Jesús no era el Mesías, y mucho menos el Rey que tanto esperaban. Ni la multitud ni sus discípulos sabían lo que significaba la cruz.
Y esto mismo ocurre con los creyentes. Podemos perder la perspectiva de lo que ocurrió allí. El tormentoso castigo que sufrió Cristo previo y durante la crucifixión fue indescriptible. Su carne fue arrancada por el látigo; sabemos de la gran pérdida de sangre que quizás sufrió; sobre la asfixia que probablemente experimentó nuestro Señor al estar clavado en la cruz.
Pero, es que acaso el temor que había invadido a Cristo en Getsemaní se debía a su conocimiento de estos acontecimientos? En Lucas 22: 42, estando Jesús orando en ese jardín dice lo siguiente,
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
Qué es esta copa? Fue la cruz? Fue el tormento y sufrimiento que sufrió ante los judíos? Fueron los clavos en sus manos y pies? Es que Cristo le está pidiendo al Padre que no lo crucifique? Cómo entender esta copa? Si nosotros conocieramos la Biblia como la conocía Jesús, no podríamos escapara a la referencia en Isaías 51. Ahí el profeta escribe,
Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento bebiste hasta los sedimentos.” Isaías 51: 17:
La copa a la que se está refiriendo Jesús es la copa de la ira de Dios, la cual es derramada contra todo pecado, y que está destinada para ser bebida por todos los hombres pecadores. Cristo no temía ser crucificado. Cristo temía experimentar la justa ira de Dios en la cruz.
No debemos, entonces, perder la perspectiva de lo que ocurriría en la cruz. Pues, qué es el evangelio? Lean lo que escribió Pablo en 1 Corintios 15. En los versículos 3 y 4 el apóstol define el evangelio como, «Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras» (1 Corintios 15: 3-4). Este es el evangelio!
O sea, Cristo murió, fue sepultado, y resucitó al tercer día. Qué hace a esto el evangelio? Bueno, el mismo apóstol nos da la respuesta,
«23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” Romanos 3: 23-26:
Este es uno de los pasajes más importantes en la Biblia. Porqué? Porque explican el evangelio. Para hombres como Martyn Lloyd-Jones, el pasaje de Romanos 3 es importantísimo, debido a que en él tenemos la doctrina central de la expiación. Lloyd-Jones escribe acerca de este pasaje lo siguiente,
La historia de la Iglesia muestra claramente que estos versículos han sido los medios que Dios el Espíritu Santo ha utilizado para traer a muchas almas de las tinieblas a la luz, y darle a muchos pobres pecadores su primer conocimiento de salvación y la primera certeza de su salvación.”
Este pasaje debe estar siempre presente en nuestras mentes. Su importancia está en que nos cuenta qué fue lo que ocurrió en la cruz. La crucifixión de Cristo no fue un accidente. Lo que le ocurrió a Jesús hace más de dos mil años fue una obra de Dios planeada en la eternidad.
22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole” Hechos 2: 22-23
Y en el capítulo 4 leemos lo siguiente,
27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.”Hechos 4: 27-28
Y el apóstol Pedro nos dice lo siguiente en su primera epístola,
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” 1 Pedro 1: 18-20
Entonces, Dios Padre crucificó a Su Hijo primero, para manifestar la justicia de Dios, y segundo, para el rescate del pueblo que eligió en la eternidad. Meditemos en este día que lo que ocurrió hace más de dos mil años, en un día como este, fue la única manera en la que Dios podría reconciliar a pecadores como nosotros consigo mismo. Todo por medio de Su Hijo Jesucristo.
Es por ello que sólo por fe en Cristo puede un hombre ser justificado. No hay nada que un pecador pueda hacer para ganarse el favor de Dios, pues su deuda con Él a causa de sus pecados en infinita. Sólo Cristo pudo satisfacer la ira de Dios por el pecado de Su pueblo. Sólo Él pudo morir y resucitar para salvación de los creyentes. Ni María, ni los santos, ni siquiera tus buenas obras podrán salvarte de la justa condenación de Dios. Sólo Jesucristo!
Soli Deo Gloria!
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Hermanos que conforman Sujetoa a la Roca… Dios les bendiga, que bendicion que Dios permitiera conocer ésta página, quiero ser honesto, hoy día hay cientos de autores que parecen que son centrados en la palabra pero no lo son. Soy pastor evangélico por la gracia del Señor y si hubiera manera de encontrar escritos del pastor D. A. CARSON. quisiera sus escritos en español por supuesto y otros autores cristocéntricos. en la Iglesia tenemos tantos problemas por predicar la verdad pero eso ha mejorado la vida de algunos hermanos. Estamos orando mucho. para que éste medio se extienda. LA GLORIA ES PARA AQUEL QUE ESTÁ SENTADO EN EL TRONO.
Victoriano,
Gracias por comentar. Si logro conseguir escritos de Carson en español te aviso. Gracias a Dios por otros ministros y hermanos que aman defender la verdad. Bendiciones.