Una Iglesia Blasfema

Cuando leo diferentes cosas acerca de la ‘Iglesia’ Católica Romana me impresiona saber como pueden haber personas que le sigan en sus enseñanzas. Digo que me impresiona, por el hecho de que son personas que dicen creer que la Biblia es la palabra de Dios, pero no ignoro el hecho de que al ser la enseñanza del Vaticano un falso evangelio, hace de esta congregación de personas alrededor del mundo una falsa iglesia, y por lo tanto, los hombres continúan cegados y no pueden ver la verdad que Dios ha revelado a aquellos que han sido engendrados por Dios.

El día de ayer empezamos a estudiar la adoración en el culto público de la iglesia en nuestra clase dominical y se tocó el tema de la misa católico-romana, cuyo centro no es la predicación de la palabra de Dios, como lo es en las iglesias reformadas, sino la eucaristía, y de lo blasfemo que esto resulta. Vimos lo que dice la Confesión de Fe de los Valdenses en su artículo 10,

Además, siempre hemos considerado todas las invenciones [en materia de religión] como una abominación indecible delante de Dios; tales como los días de festivales y vigilias de santos, y la llamada “agua bendita”, el abstenerse de carne en ciertos días y cosas parecidas, pero sobre todo las misas.”

Y para comprobar lo blasfemo que resulta la misa por lo que representa, deseo transcribir una cita proveída por James White con respecto a la eucaristía desde el punto de vista católico-romano,

Cuando el sacerdote anuncia las tremendas palabras de consagración, él levanta sus brazos hasta los cielos, trae a Cristo abajo desde Su trono, y le coloca sobre el altar para ser ofrecido de nuevo como la Victima por los pecados del hombre. Es un poder más grande que el de los santos y ángeles, mayor que el de los Serafines y Querubines. De hecho, es más grande que el poder de la Virgen María. Mientras que la Bendita Vírgen María fue el agente humano por el cual Cristo se encarnó una sola vez, el sacerdote trae a Cristo desde el cielo, y lo hace presente en nuestro altar como la eterna Víctima por los pecados del hombre, no una vez sino miles de veces! El sacerdote habla y así! Cristo, el Dios eterno y omnipotente, postra su cabeza en obediencia humilde a la orden del sacerdote. De que sublime dignidad es el oficio del sacerdote cristiano que es tan privilegiado para actuar como el embajador y vice-gerente de Cristo en la tierra! Él continúa el ministerio esencial de Cristo: enseña a los fieles con la autoridad de Cristo, perdona al pecador penitente con el poder de Cristo, ofrece de nuevo el mismo sacrificio de adoración y expiación que Cristo ofreció en el Calvario. Por ello el nombre por el cual los escritores espirituales le aplican al sacerdote es el de alter Christus. Pues el sacerdote es y debe ser otro Cristo. (John O’Brien, The Faith of Millions, páginas 255-256)

Qué más blasfemo que afirmar que Cristo actúa como un súbdito de un hombre pecador? Qué más blasfemo que ignorar la enseñaza bíblica con respecto al sacrificio de Cristo que ocurrió una sola vez para el perdón de pecados? No demuestra esto lo blasfemo de Roma?

(HT: James White)

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