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Idolatrando la Paz

August 26, 2009

Hace unos días inicié escribiendo acerca de la idolatría que encontramos en el Decisionismo-enseñanza que dice que el hombre es libre espiritualmente para hacer el bien o el mal- y resultó casi en una pequeña serie, pues surgió otro tema con respecto a la idolatría de la gracia de Dios. Y con esta entrada serían tres y creo que me faltaría una más para publicar en los próximos días.

El día de hoy deseo tratar el tema de la idolatría hacia la paz. Recuerden que el argumento que enseña la Biblia es que cualquier cosa puede ser idolatrada. Yla paz, por lo tanto, puede ser un ídolo en la vida de muchos creyentes. Cómo así? Bueno, ha sido evidente a lo largo de estos años teniendo un blog que surgen disputas y discusiones con creyentes e incrédulos con respecto a la verdad que Dios nos ha revelado en Su palabra. Y muchos comentaristas han establecido que se le hace un daño enorme al cristianismo cuando los creyentes luchan y discuten entre sí. “Los creyentes,” dicen muchos, “deberían respetar las convicciones de los demás creyentes.” Es más, muchos, como se da entre los postmodernistas, llegan al punto de decir, que la doctrina separa y por lo tanto, como la doctrina es conflictiva, no debería tener prioridad en las iglesias, sino que deberíamos velar por vivir en paz y armonía con todos, crean o no lo mismo que nosotros.

No estoy en desacuerdo-totalmente-con este último argumento, pero me parece que la historia de la iglesia muestra algo diferente. Cuando leemos la Biblia es claro que los apóstoles sabían que diferencias doctrinales surgirían en las iglesias. Leemos de las diferentes controversias que surgieron y contra las cuales los apóstoles y creyentes primitivos tuvieron que batallar. Casi desde su inicio, la iglesia debió enfrentar a herejías destructoras y falsos maestros que surgían en todo lugar intentando apartar y dispersar al rebaño. Tanto fue el problema que Pablo debió recordarle a Tito que uno de los requisitos del anciano era que debía ser, “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1: 9).

Es por ello, de que a pesar de que creo que debemos vivir en paz y armonía (Romanos 12: 18), el creyente no debe, en ocasiones, tener miedo y alejarse de las dicusiones y disputas que puedan surgir tanto dentro como fuera de la iglesia, siempre en lo que respecta a los aspectos doctrinales de nuestra fe.

Pero, la Biblia también nos enseña que debemos ser celosos en proteger y enseñar la fe que fue entregada a nosotros en las Escrituras. Por ejemplo, en Judas leemos lo siguiente, “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1: 3). El apóstol Juan además dijo que habían muchos que no confesaban que Cristo había venido en carne y le dijo a la iglesia, “10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: !!Bienvenido! 11 Porque el que le dice: !!Bienvenido! participa en sus malas obras” (2 Juan 1: 10-11). Y Pablo luego de haber escrito acerca de la paz entre todos los hombres le escribe a la iglesia en Roma, “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos” (Romanos 16: 17).

Existen disputas que uno no debe tener con personas que dicen ser creyentes. Pablo nos exhorta a que no debemos contender con los débiles en la fe sobre opiniones (Romanos 14: 1), pero todo el Nuevo Testamento nos aclara que debemos contender por la sana doctrina que hemos recibido de los apóstoles. En la actualidad vivimos en un mundo excesivamente tolerante y ese sentimiento se ha infiltrado en la iglesia. Es por ello que ya no vemos las disputas doctrinales que leemos en los libros de historia de la Iglesia. Ahora puede llegar cualquier persona diciendo que Cristo fue concebido por la unión entre José y María, y nadie dice nada. Es por ello que entran hombres diciendo ser pastores en las iglesia y enseñan que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una misma persona pero que se manifiesta de diferentes maneras, y nadie le dice nada.

En la antigüedad hombres como Agustín contendieron contra hombres como Pelagio quienes negaban la doctrina del pecado original, pero en la actualidad surgen líderes a quienes sus discípulos no les corrigen cuando niegan que el hombre haya sido concebido en pecado. Otros niegan que el homosexualismo sea pecado, etc.

Es que acaso no hemos aprendido nada de la historia de la iglesia? Qué ocurrió en los concilios? No se defendía la sana doctrina en la antigüedad? Por supuesto que sí! El problema es que el ídolo de la paz ha servido para que muchos no contiendan por la fe como es ordenado en el Nuevo Testamento. Este falso dios ha infiltrado la iglesia y le ha causado un gran daño, pues ya no es un mandamiento divino el luchar por la verdad revelado por Dios a los hombres, sino que se trata de intolerancia por parte de aquellos que ven en estas discrepancias doctrinales un tropiezo para la fe.

Como creyentes debemos luchar por la sana doctrina que ha sido entregada por Dios a Su iglesia a través de los profetas y apóstoles. Porqué? Porque esta es la verdad de Dios. Y esta verdad no es relativa. Luchemos por la paz, pero en un medio en donde la doctrina sea bíblica. En su oración sacerdotal Cristo le oró al Padre lo siguiente,

19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” Juan 17: 19-21

La unidad y la paz entre los creyentes se da cuando somos separados en la verdad revelada de Dios. Por supuesto que habrán diferencias doctrinales entre creyentes, pero que no tienen mayor importancia. Un ejemplo de esto lo tenemos en el plano escatológico (premilenialismo vs. amilenialismo), pero existen doctrinas que sí deben ser rechazadas y contendidas por los creyentes. No nos dejemos llevar por el ídolo de la paz, que nos dice que las diferencias doctrinales no tienen mayor importancia. Y que nos enseña que no debemos ser intolerantes con los que no creen como nosotros, sino que adoremos al verdadero Dios y sigámos Sus palabras y mandamientos, creyéndole solamente a Él cuando nos dice que el verdadero creyente es aquel que anda en Sus estatutos y obedece Sus mandamientos, y que cree las doctrinas que Él nos ha entregado.

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3 Comments leave one →
  1. August 28, 2009 8:22 pm

    Hermano Eduardo,
    es cierto que hay controversias aquí y allá, pero gracias a Dios que muchos sí estamos en un mismo sentir!
    Has dado a los que te temen bandera que alcen, por causa de la Verdad.
    Salmos 60:4

    No se si conocerán este sitio, pero es muy bueno y en armonía con lo que defendemos.

    http://www.oldtruth.com/

    En particular recomiendo que vean un clip que se llama Church Growth Movie…

    buenísimo y la música… magnífica.

    Bendiciones a todos

    Alexander

  2. August 28, 2009 8:26 pm

    Este es el link, por si no lo encuentran:

    http://www.oldtruth.com/blog.cfm/id.2.pid.239

    • August 29, 2009 5:16 am

      Alexander,

      Gracias por la recomendacion. No conocia el sitio. Bendiciones!

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