Unas Palabras a mi Esposa

El día de hoy se celebra lo que el mundo conoce como el Día de San Valentín. A pesar de la historia de este día, y de lo mundano en lo que se ha convertido, sé que como creyentes podemos aprovechar para dar un testimonio acerca del maravilloso amor de Dios por Su pueblo. Y es por ello que deseo escribirle unas palabras que expresen públicamente el amor que le tengo a mi amada esposa este 14 de Febrero,

“Amor,

En este día le pido a Dios, nuestro Padre, que aumente en mí, el amor y devoción hacia ti cada día de nuestras vidas. Como hombre pecador, egoístamente me sumergo en mi mismo y olvido lo importante en mi vida. Olvido que estaba ciego. Olvido que estaba muerto. Y no recuerdo cuando vagaba este mundo impíamente. Olvido frecuentemente que fui redimido, y que fui amado por Dios desde antes de la fundación del mundo.

Olvido que fue Dios quien rasgó el velo que tenía sobre mis ojos para permitirme ver Su gloria en la faz de Jesucristo, a quien envió para vivir la vida que nunca pude ni podría vivir, y para morir por el pecado que consumía mi alma. Olvido el sufrimiento que significó para Su Preciado Hijo dejar de tener la comunión eterna que tenía con Su Padre, a causa de mi maldad. Olvido que “la salvación es de Jehová.”

Olvido que Dios en Su soberanía te trajo a mi vida, como el padre que trae a su hija para darla en casamiento. Olvido que Dios te creó específicamente para ser Su hija y mi esposa. Olvido que eres obra de Sus manos. Olvido que te puso bajo mi protección y cuidado, para que vea mis deficiencias y sea santificado con el conocimiento de lo que Cristo hizo y hace continuamente por Su iglesia.

Pero, le pido a Dios en este día, que en Su soberanía, y por el infinito, fiel y eterno amor que nos tiene, me humille, y transforme todo mi ser para amarte como Cristo ama a Su iglesia; para cuidarte, como Cristo cuida a Su iglesia; para satisfacerte, como Cristo satisface verdaderamente a Su iglesia. Le pido que me haga un hombre en quien puedas confiar, como nosotros podemos confiar en Cristo. Le pido que me haga un líder para nuestra familia, como Cristo es nuestra cabeza. Le pido que me haga humilde, así como Cristo se humilló para salvar nuestras almas. Pero, en este día, sobre todo, le pido que aumente mi amor por tí para imitar lo que leo en las Escrituras, esto es, el inmenso amor que Dios tiene hacia nosostros dos.

Perdona amor mis debilidades, pero ten en cuenta que es Dios quien trabaja en mí, produciendo no sólo el deseo, sino obrando que actúe y ande por los caminos que Él ha preparado para mí. Y sé que como hijo suyo, adoptado en Cristo Jesús, me ha dado a una maravillosa esposa, y me dará lo que sea necesario para que te ame y te honre como Cristo lo hace por nosotros. Te amo! A Él sea la gloria por los siglos. Amén.

Eduardo”

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