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Institución de la Religión Cristiana: 1.13.26 al 1.14.22

February 14, 2009
Juan Calvino

Juan Calvino

En esta sección vamos a concluír la defensa de Calvino hacia la doictrina de la Trinidad y luego la Defensa de la distinción del Dios verdadero del resto de dioses humanos.

1.13.26-1.13.29 La Unidad de la Divina Esencia en Tres Persona Enseñada, en la Escritura, desde la Fundación del Mundo (Cont.)

Los opositores de la doctrina de la Trinidad han venido diciendo que Cristo no tiene la misma esencia que el Padre, dado a su subordinación. Argumentan que el Padre es mayor que el Hijo y por lo tanto ambas personas tienen un “orden” diferente.

Estos opositores van a los patriarcas de la iglesia para fundamentar sus mentiras. Apelan a Ireneo, argumentando que en sus escritos negaba que Cristo era de la misma esencia que el Padre, pero Calvino defiende a Ireneo llendo a sus escritos en donde escribe, “que aquel que en la Escritura es llamado Dios absoluta e indefinidamente, es verdaderamente el único Dios; y que Cristo es llamado Dios absolutamente” (lib. 3 c. 6). Calvino demuestra que Ireneo creía y defendía la idea que Cristo era el Dios que había sido profetizado en el Antiguo Testamento.

También va a Tertuliano, demostrando que este hombre creía que el Padre y el Hijo eran distintos, pero no en esencia. El reformador utiliza los escritos de Justino, Hilario, Ignacio, etc. Pero, vean el razonamiento excepcional de Calvino para debatir la Trinidad. Él escribe,

“Además, el consentimiento de los antiguos padres claramente aparece de esto, que en el Concilio de Nicea, ningún intento fue hecho por Ario para ocultar su herejía por la autoridad de ningún autor aprobado; y ningún escritos griego o latino se disculpa disintiendo de sus predecesores. No puede ser necesario observar que tan cuidadosamente Agustín, a quien todos los depravados se oponen tan violentamente, examinó todos los escritos antiguos, y que tan reverentemente abrazó la doctrina enseñada por ellos.”

1.14.1-1.14.22 En la Creación del Mundo, y de Todas las Cosas en Ella, el Verdadero Dios se Distingue por Ciertos Rasgos de los dioses Ficticios.

En este capítulo Calvino nos habla acerca de la creación del mundo y el hombre, de los ángeles y demonios y sus roles en la creación. El reformador sabía que el hombre, en su depravación era incapaz de distinguir al Dios verdadero, por lo cual, según defiende en este capítulo, Dios decidió revelarse de una manera especial para que, “no nos desviaramos de aquí para allá en incertidumbre.”  Con esta revelación especial nos hace admirarle mucho más. Veamos como lo narra Calvino,

“recordemos que el Dios invisible, cuya sabiduría, poder, y justicia son incomprensibles, es desarrollado en la historia de Moisés como en un espejo, en el cual Su viva imágen es reflejada. Pues tal como un ojo, apagado por la edad o debilitado por alguna otra causa, no ve nada distinto sin la ayuda de anteojos, tal (es nuestra imbecilidad) si la Escritura no nos dirige en nuestras preguntas de Dios, inmediatamente nos volvemos a nuestras vanas imaginaciones. Aquellos que ahora se satisfacen en su petulancia, y rehusan tomar la advertencia, aprenderán, demasiado tarde, que mejor es haber tomado reverentemente los consejos secretos de Dios, que eructar blasfemias que ensucian el rostro del cielo.” 1.14.1

La autoridad de la Escritura es defendida por Calvino cuando dice que el mundo “no fue creado en un momento, sino en seis días.” Pero, como Moisés no habla acerca de otras cosas invisibles, se asume que fueron creadas por Dios. Taes son los ángeles. Pues muchos, dice Calvino, argumentan que los ángeles son tan excelentes que sería incapaz pensar que están sujetos a Dios, y por tanto les otorgan una divinidad que no tienen. Dios es “auto-existente,” dice Calvino, por lo tanto es el Todopoderoso. Nadie se compara a Él. Aún Satanás es una criatura suya y por lo tanto está sujeto a Dios.

Los ángeles, para Calvino, son ministros establecidos por Dios para ejecutar Sus órdenes, sin embargo, no podemos especular acerca del tiempo de su creación, pues la Biblia no lo dice. Estos seres angelicales están siempre listos para cumplir las órdenes de Dios, otorgar bendiciones a los suyos, darles protección, dirigir nuestro camino, etc. A Cristo ministraron y estuvieron presentes durante su estancia en el desierto; anunciaron a las mujeres la resurrección, luchan contra demonios y Satanás, y ejecutan venganza sobre aquellos que nos hacen sufrir.

Su número, dice Calvino, es incontable, y en cuanto a forma son de gran variedad. Pero dados los grandes errores con respecto a estas criaturas, sabemos que Pablo luchó contra ellas también, aduciendo que no eran mayores que Cristo. Son poderosos, pero úncamente por el poder de Dios, como en el caso de Eliseo, a quien ayudaron contra el masivo ejército de los asirios (2 Reyes 6: 17).

Pero muchos adoran a los ángeles por su magnificencia, ignorando que son la refulgencia de la gloria divina, y por ello nos deben guiar hasta Dios, y hasta Cristo como nuestro único Mediador. Aquí rechaza la filosofía platónica que buscaba acceso a Dios por medio de los ángeles. Pero, también hay demonios; no uno o dos, sino grandes huestes. El mayor de estos es Satanás, quien busca que Dios sea deshonrado por sus criaturas, y así la perdición del hombre. Su maldad no es por creación, sino por depravación, pues Dios no lo creó así. La Biblia, dice Calvino, nonos dice nada con respecto a la caída de Satanás, su causa, el modo, la fecha ni su naturaleza, y debmos respetar que Dios no se complació en revelarnos este tema, pues no es para nuestra edificación, y por lo tanto, “no deberíamos meditar en temas superfluos.

Pero a pesar del gran poder de Satanás, éste está sujeto a Dios, y no puede hacer nada en contra de Su voluntad. Lo vemos en el caso de Job, cuando se presenta frente a la corte divina y puede hacer sólo lo que Dios le permite. A pesar que los incrédulos están cegados por Satanás, y por lo tanto bajo su poder, no lo están sin la autorización divina, pues Satanás sólo puede servir a Dios. No hay nada que se escape del poder Divino. Todo está sujeto a Dios, pues es el Creador.

Pero, qué hay de los demonios? Qué papel cumplen? Calvino muestra que son empleados para ejercitar a los creyentes, haciendo guerra con ellos, haciéndolos sufrir, pero nunca conquistándolos, mientra mantienen a los incrédulos bajo su dominio tanto en mente como en cuerpo. Nunca, dice Calvino, “podrán oprimir o eliminar” a un creyente.

Ahora, estos ángeles y demonios, son seres, no ideas, como dicen algunos. Lo vemos en la manera enque la Biblia los describe, como seres que luchan entre ellos, que se presentan ante Dios, etc.  En el próximo capítulo veremos lo que dice Calvino acerca del estado en el que fue creado el hombre.

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