Institución de la Religión Cristiana: 1.9.1 al 1.13.3

Juan Calvino
La semana anterior estabamos revisando los escritos de Calvino acerca de las Escrituras. En esta entrada continuaremos con los principios qe son burlados por aquellos que de un modo u otro pervierten la autoridad de la Biblia.
1.9.1-1.9.3 Todos los Principios de Piedad Trastornados por Fanáticos, que Sustituyen Revelaciones por la Escritura
Para Calvino, aquellos que alegaban poder conocer a Dios fuera de las Escrituras, estaban llenos de locura. Estos hombres de los que habla el reformador, aducen que es a través del Espíritu por el cual pueden llegar a tal conocimiento, y desechan y detestan la doctrina de las Escrituras.
Pero Calvino deja claro que los apóstoles y la iglesia primitiva reverenciaban la Biblia debido a que había sido inspirada por el mismo Espíritu Santo. Calvino escribe, “que encaprichamiento de Satanás, entonces, creer que la Escritura, que conduce a los hijos de Dios a su meta final, es de uso temporal y transitorio…Por ende el oficio del Espíritu prometido a nosotros, no es el de formar nuevas y nunca antes escuchadas revelaciones, o crear una nueva doctrina, por medio de la cual podamos ser llevados lejos del recibido evangelio, sino el de sellar en nuestras mentes la doctrina que recomienda el evangelio.”
Es por ello, dice Calvino que debemos leer y estudiar la Biblia, para poder obtener el beneficio del Espíritu Santo, pues “cualquier espíritu que pasa la sabiduría de la palabra de Dios, y sugiere cualquier otra doctrina, es sospechosa de vanidad y falsedad merecidamente.” Es el Espíritu quien convierte a los hombres mediante la predicación de su palabra, que hace sabios a los simples, y es quien confirma que la palabra es la palabra de Dios. Para reafirmar este concepto, Calvino escribe, “la palabra es el instrumento por el cual se dispensa la iluminación del Espíritu.”
1.10.1-1.10.3 En la Escritura, el Dios Verdadero Opuesto, Exclusivamente, a todos los dioses de los Paganos
Como hemos visto en los capítulos anteriores, Calvino deja claro que el hombre puede obtener el conocimiento de Dios mediante la observación de sus obras. El problema es que el pecado hizo que el hombre errara al interpretar sus observaciones. Fue por ello que Dios nos regaló su revelación escrita, la cual incluye el conocimiento de Sí mismo que ya estaba incluído y delineado en Sus obras. En cada porción de la Escritura vemos el caracter de Dios, su misericordia, bondad, y severidad hacia los malvados. Vemos también su justicia, compasión, juicio y verdad, con lo cual podemos adorarle perfectamente, con integridad y obediencia, dependiendo de lo que Él nos dice en Su palabra.
Pero la palabra de Dios, al hablarnos del Dios verdadero exluye y rechaza a todo el resto de dioses de los paganos, los cuales fueron creados debido a la adulteración de la religión ocurrida en toda la historia de la humanidad. Todos han corrompido la verdad de Dios, y han adorado dioses falsos, rechazando la verdad que Dios claramente les ha expuesto.
1.11.1-1.11.16 La Impiedad de Atribuir Forma Visible a Dios. El Levantamiento de Idolos una Deserción del Dios Verdadero
Dice Calvino en este capítulo que las Escrituras oponen a todos los ídolos creados por los hombres, los cuales se oponen al Dios verdadero. Este ha sido el pecado del hombre, creer que pueden crear a un dios a su imágen. Es por ello que asignarle una forma a Dios corrompe Su gloria. Calvino, hablando de Exodo 20: 4 escribe,
“Con estas palabras Él frena cualquier intento que podamos hacer para representarle en una forma visible, y brevemente enumera todas las formas por las que inicio la superstición, aún mucho antes, de volver Su verdad en una mentira. Pues sabemos que el sol fue adorado por los persas. Tantas estrellas como las tontas naciones vieron en el cielo, tano dioses se imaginaron ser. Luego a los Egipcios, cada animal era una figura de dios. Los griegos, de nuevo, se envanecieron en su sabiduría superior adorando a Dios bajo la forma humana.”
Luego escribe,
“la majestad de Dios es profanada por una indecorosa y absurda ficción, cuando al que es incorpóreo es asimilado a lo corporal; el que es invisible a lo visible; el que es espíritu a un objeto inanimado; y aquel que llena el espacio a un poco de madera, o piedra, u oro.”
Esta es la estupidez del hombre, según Calvino. Cuando el hombre cree que Dios puede estar en algo finito e impuro, se hace vano, pues cualquier representación, ya sea estatua o pintura que se haga de Dios, es un insulto a Su majestad. Dios es tan Santo y tan Incomprensible, que ni siquiera los querubines pueden mirarle directamente, por lo infinito de Su gloria. Pero aún hay hombres que creen adorar al Dios verdadero venerando imágenes, “que tan propenso es el hombre a la idolatría,” escribe el gran reformador.
Es Dios, quien le dice al hombre como debe ser adorado, por lo cual, cualquier método de adoración creado por el hombre es detestable para Dios. Los católicos romanos mienten al creer que pueden adorar imágenes de Dios. Para esto, Calvino cita a varios patriarcas de la iglesia como Agustín, quien escribió,
No deben haber pinturas usadas en las iglesias: No permitan que nada que sea adorado o alabado sea pintado en las paredes…Aquellos que introdujeron primeramente imágenes de dioses alejaron el miedo y trajeron el error.”
Tantas cruces en madera, oro y plata en las iglesias romanistas, pero para Calvino mejor sería si predicaran la cruz, en lugar de tener una representación suya en las iglesias. El problema con los romanistas y con toda la humanidad es su propensidad a crear idolos de dioses creados a su propia imágen. “la mente concibe el ídolo,” dice Calvino, “y la mano le da nacimiento.”
Otro problema de crear imágenes es que tan pronto se crea, tanto más pronto están los hombres postrados venerándolas, atribuyéndole poderes que sólo le pertenecen a Dios.
1.12.1-1.12.3 Dios Distinguido de los Idolos, para ser el Objeto Exclusivo de Adoración
La Biblia, según escribe Calvino, prohibe claramente atribuírle cualquier cosa que le pertenezca a la divinidad a otro, diciendo que Dios es un Dios celoso, que espera obediencia de toda la humanidad en cuanto a la forma en la que Él sera adorado.
En este capítulo Calvino toca un punto importante, pues según los romanistas, hay una distinción entre latreia y douleia. El primer término es para los romanistas lo que se hace a Dios, mientras el segundo es lo que se es permitido hacer a los santos. Uno es adoración y el otro servicio. Esto, dice Calvino es un error garrafal, pues Dios proghibe no sólo la adoración de otros, pero tambipen prohibe rendirle servicio a otros (Gálatas 4: 8). Calvino demuestra de la Biblia que adorar y servir a otros es prohibido por Dios.
1.13.1-1.13.3 La Unidad de la Divina Esencia en Tres Personas Enseñada, en la Escritura, desde la Fundación del Mundo
Aquí Calvino inicia mostrandonos como Dios, a pesar de Su unidad, se describe a Sí Mismo como existir en tres personas (hypostases). Es decir, en esencia Dios es uno, pero hay tres personas en Dios. Calvino deja claro que los impíos se burlan de esta descripción, ya que no pueden comprender a Dios como uno, sin que haya una pluralidad de dioses en la descripción de la Trinidad.
La próxima semana continuaremos con el resto de este capítulo.
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