Porqué Somos Protestantes?-Solus Christus
Ya estamos casi finalizando la serie acerca de la Reforma Protestante y los postulados que surgieron de ella. Durante esta época se enfatizaron verdades que marcaron la historia de la iglesia. Grandes hombres de Dios lucharon por volver a la Biblia, pues en ella hallaron la Palabra de Dios. Los pueblos ya no tenían que creer en lo que los líderes de la iglesia decían era la verdad, sino que ellos mismos tenían la capacidad de buscar en ella la verdad de Dios.
Se enfatizó la salvación de los pecadores por gracia y sólo por gracia. Las obras humanas no contaban para nada, sino que era Dios quien le otorgaba el regalo de la salvación a un pecador que merecía Su ira. Con esta doctrina, venía muy ligada la doctrina de sola fide la cual expresaba que la justificación era por medio de la fe en Jesucristo. No había otra manera de ser justificado debido a que el hombre natural está desprovisto de toda justicia por causa de su pecado, la única manera de ser hallado justo por Dios era creyendo en la justicia que sólo Cristo le puede proveer al pecador.
El día de hoy llegamos a otra de estas preciosas doctrinas, Solus Christus o Solo Cristo. Durante la Edad Media los líderes de la iglesia enseñaban que los sacerdotes tenían una relación especial con Dios y que ellos podían suplir a los creyentes de una cierta gracia divina a través de los sacramentos. Los sacerdotes podían hacer salvos a los hombres con la simple administración de éstos.
Luego, poco antes de la Reforma, gran cantidad de pensadores renacentistas como Francesco Petrarca, promulgaban la idea de la unificación de las religiones. Este pensamiento humanista afirmaba que Dios tenía otros medios salvíficos en las demás religiones, y por lo tanto, éstas podían ofrecer la salvación de aquellos que le siguieran.
Pero cuando llegaron los reformadores, quienes previamente habían ido a las Escrituras para afirmar sus doctrinas, negaron estas posibilidades. No sólo la eucaristía católico romana fue condenada como una blasfemia, sino que el pensamiento humanista fue rechazado como una herejía.
Cristo, argumentaban los reformadores, no se encontraba presente en el vino y en el pan, sino que esto era meramente simbólico. Acusaron a los líderes católicos que tenían esta práctica de idolatras, pues veneraban el vino y el pan como si tuvieran alguna cualidad divina. El verdadero Cristo que salva se encontraba en el cielo, reinando a la diestra del Padre, no en la hostia.
Además, condenaron el pensamiento humanista, pues afirmaban que Cristo era el único camino para que un hombre pudiera ser salvo de la ira de Dios. Las demás religiones sólo traían condenación a los hombres. Cuál era el argumento de los reformadores?
Cristo el único Mediador entre Dios y los hombres
La Iglesia Católico Romana tenía una larga historia de corrupción. Esta corrupción no era solamente política y económica, como vimos en las entradas previas, sino que también era doctrinal.
Tempranamente en la historia de la iglesia se empezaron a introducir enseñanzas que más tarde fueron totalmente torcidas. Entre estas se encuentra la mariología y la veneración de los santos. Lo que vemos en el siglo quinto de esta era, por ejemplo, es la defensa de las dos naturalezas de Cristo, divina y humana. Para ello se le denominó a María “theotokos” o “Madre de Dios.” El nestorianismo promulgaba la idea que las Cristo no podía tener dos naturalezas, sino que María dio a luz a Jesús el hombre.
Lo que ocurrió más tarde fue que ese término dado a María con el único fin de exaltar a Cristo, fue torcido para exaltar a María. Se le dio a esta mujer un lugar que no le pertenece hasta el punto de que se le llama por los católicos la co-redentora o co-mediatriz de los hombres. Cristo ya no era el único mediador, sino que los líderes romanistas habían propuesto a María para un cargo compartido.
Los reformadores aborrecieron estas enseñanzas debido a que contradecían las Escrituras y deshonraban a Cristo. Nuestros antepasados en la fe fueron a pasajes como 1 Timoteo 2: 5-7 que expresan claramente la verdad de Cristo como el único mediador,
5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.”
Además, estas enseñanzas papistas contradecían otros pasajes del Nuevo Testamento como,
Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.” Hechos 4: 11
Con respecto al pensamiento humanista, los reformadores argumentaron la exclusividad del cristianismo como la única fuente de salvación para los pecadores. Si un pecador iba a ser salvo tenía que ser mediante la promulgación del evangelio cristiano. La Biblia es la única que contiene el verdadero evangelio, las demás religiones carecían de él.
Las palabras de Cristo fueron enfatizadas por reformadores como Calvino. Cristo dijo, “Yo soy el camino; la verdad; y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14: 6). Ante esta verdad Calvino enseñó,
debemos simplemente comprender el significado, que los hombres se hacen ellos mismos laberintos, siempre que, luego de haber desechado a Cristo, intentan llegar a Dios. Pues Cristo enseñó que Él es la vida , pues Dios, con quien está la fuente de vida, no puede ser gozado de otra manera que nos sea en Cristo. Por lo tanto toda teología, cuando está separada de Cristo, no es sólo vana y confusa, sino locura, engañosa, y espuria”
Gloria a Dios por habernos dado a estos hombres, quienes fueron a la fuente de la verdad para devolverle la luz a los hombres. Sólo por la gracia de Dios pudo la iglesia salir de las tinieblas en las que estaba siendo retenida.
Pero, debemos preguntarnos: Porqué sólo Cristo puede ser el camino para llegar a Dios? Pues, la Biblia afirma que Dios es infinitamente Santo. Es más, de todos los atributos de Dios, es Su santidad la que se enfatiza con más poder (Isaías 6: 3). Al decir que Dios es Santo se quiere enfatizar que en Él no hay maldad, ni pecado, y que Él mismo no puede tener comunión con el pecado y por lo tanto con el pecador.
Pero si la Biblia afirma la santidad de Dios, también afirma que el hombre es un pecador y por lo tanto un enemigo de Dios (Romanos 5: 10). El hombre es un rebelde sin causa. Se complace en desobedecer a Dios y en lugar de venir a Él en arrepentimiento, le odia y prefiere permanecer en las tinieblas (Juan 3: 19-21).
Esta verdad con respecto al hombre es tan clara que la Biblia llega a afirmar que el hombre es un esclavo del pecado (Juan 8: 34) y por lo tanto está muerto espiritualmente. Ningún hombre puede hacer el bien. Ni siquiera el mayor bien que es venir a Dios en arrepentimiento (Romanos 3: 9-12). Por ese pecado todos los hombres son deudores para con Dios, pues a Él como Su creador le deben total sumisión y obediencia.
Este pecado no es algo insignificante. Adán, fue echado de la presencia de Dios en el Edén por tan sólo un pecado. Porqué? Porque el pecado es infinitamente grave. La gravedad de un daño está determinada por aquel a quien se daña. Por ejemplo, no es lo mismo matar a un animal que matar a un hombre. El hombre es la imagen de Dios y por lo tanto la gravedad es mayor si se le hace daño a un hombre.
De la misma manera pecar contra un Ser infinitamente Santo, Justo, Misericordioso, es infinitamente grave. No hay manera de pagar tal deuda. Cuando debemos algo debemos pagar exactamente lo que debemos. Ni más ni menos. Pues, cómo pagará un hombre el precio de su pecado contra Dios? Lo debe pagar pasando la eternidad siendo atormentado en el infierno. Esa es la paga del pecado.
Todos los hombres merecen, entonces, ir al infierno, ya que todos han pecado contra el Dios tres veces Santo. Dios no puede dejar pasar el pecado sin castigo (Salmo 5: 1-6). Es por ello que sólo Cristo puede ser el camino. Dios exige perfección espiritual. Dios exige perfecta obediencia. Cuál hombre puede decir que cumple con la perfección que Dios exige? Ninguno! Sólo Cristo como Dios encarnado podía cumplir la ley de Dios a la perfección. Nadie pudo encontrar en Cristo pecado alguno, precisamente porque nunca pecó. Y como hombre murió en la cruz cargando los pecados de Su pueblo. Sólo Dios podía soportar tal carga, pero sólo un hombre pudo haber muerto.
Cristo, entonces, como Dios que es vivió la vida perfecta que Dios exigía, y como hombre murió por los pecados de Su pueblo, para poder redimir a hombres. Esta es la razón por la cual sólo Cristo podía cumplir los requisitos que Dios pedía para redimir a un hombre del pecado (Salmo 46). Por ello no puede haber otro mediador, ni otro redentor más que nuestro amado Señor Jesucristo.
Aplicación para nuestros tiempos
Tristemente en nuestros días existen personas que dicen ser protestantes y profesan que hay otros caminos para que un hombre pueda llegar a Dios. Lo vemos entre los neo-evangélicos como Billy Graham y más recientemente entre los liberales/postmodernistas/emergentes quienes afirman que todos los hombres, crean o no en Jesucristo, serán salvos.
Esto es triste porque con estos argumentos se han salido del cristianismo ortodoxo y han dejado de pertenecer a la reforma. En lugar de salir del catolicismo romano, han vuelto a él, pues de todos es sabido que el papado profesa muchos caminos diferentes para llegar a Dios. En su catecismo inclusive los musulmanes adoran al mismo Dios de la Biblia, lo cual es una contradicción. Si un hombre no conoce al verdadero Jesús de la Biblia, no puede conocer al Padre, y si no conoce al Padre, no conoce al Dios Trino verdadero.
Si verdaderamente declaramos ser protestantes debemos luchar porque la verdad de Solus Christus sea proclamada desde los púlpitos con el find e que los hombres puedan llegar al pleno conocimiento de la verdad.
Nota: Pueden descargar la entrada:
sujetosalaroca.org
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