Es Dios Injusto Por Enviar al Alguien al Infierno?
Uno de los argumentos de aquellos que se oponen al calvinismo es el siguiente: “Dios serían injusto al enviar a un hombre al infierno si el hombre no tiene la libertad de ejercer su voluntad.” Obviamente este argumento está basado en la pésima doctrina antropológica que mantienen los arminianos. La presuposición arminiana es que el hombre es un ente moralmente neutro. Sabemos que afirman esto basado en la naturaleza pelagiana del hombre natural. Es decir, todos los hombres son pelagianos por naturaleza, creyendo que el hombre nace moralmente neutro y con la capacidad, entonces, de elegir entre el bien y el mal.
El problema, como bien lo expuso el gran Jonathan Edwards, es que afirmar esto es irracional. Porqué? Si un hombre es moralmente neutro, esto implicaría que no podría ejercer esa supuesta libertad de su voluntad. Veamoslo con el siguiente ejemplo: Si un hombre es neutral en cuanto a sus deseos, si se le pone en una mesa frente a él un plato con carne y un plato con ensalada, simplemente moriría de hambre, pues no tendría preferencia por la carne o la ensalada, y no sería capaz de elegir. Lo mismo sucede con el plano moral. Si un hombre moralmente neutro tuviera que decidir entre hacer el bien o el mal no podría hacer ninguna de las dos.
El punto es que todos los hombres se rigen basándose en su naturaleza o en lo que más desea su corazón y mente. Ahora, es aquí donde erran los arminianos, pues ellos suponen que el hombre tiene la capacidad de elegir entre el bien y el mal, enseñanza que es totalmente opuesta a la enseñanza bíblica y a la lógica.
Teniendo estas suposiciones argumentan que la doctrina de la predestinación es injusta, de nuevo estando este argumento en contra de la enseñanza bíblica. Es injusta porque Dios debe proveerle a todos los hombres la misma oportunidad de salvación. El problema está en que los arminianos verdaderamente creen que el hombre es inocente. El hombre es una víctima del Dios caprichoso del calvinismo. Pero, qué dice la Biblia acerca del hombre natural? Es que acaso dicen las Escrituras que el hombre que es enviado al infierno por Dios en una víctima inocente?
La Biblia describe la naturaleza del hombre como totalmente corrompida por el pecado. El corazón del hombre natural es perverso (Jeremías 17:9). Jesús mismo enseñó que el hombre es malvado, que odia a Dios y ama las tinieblas (Juan 3: 19-20). Pero, lo que refuta esta creencia arminiana con respecto a la naturaleza humana es el argumento de Cristo sobre la esclavitud de los hombres al pecado. Cristo dijo,
De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” Juan 8: 34
Aquí queda claro que el hombre no es un ente moralmente neutro. Según el Señor el hombre natural es un esclavo del pecado. Ser un esclavo en la antigüedad significaba que no existía libertad alguna para el esclavo. Este debía obedecer totalmente a su amo. Y es así como debemos entender las palabras de Cristo. El hombre no puede hacer otra cosa que no sea pecar. Porqué? Porque su naturaleza está esclavizada al pecado. El hombre no es un pecador porque peca, sino que peca precisamente porque es un pecador. Y es ahí donde falla el arminianismo humanismo.
Ahora, para responder la pregunta que hice al incio: Es Dios injusto al enviar a un hombre al infierno? La respuesta reformada bíblica es que no. Los hombres que están en el infierno están ahí porque odian a Dios. El infierno albergaría a toda la humanidad a menos que Dios en Su gracia haya decidido salvar a ciertos hombres, no por algo bueno que hubiera en ellos, sino únicamente por Su soberana gracia. Pablo lo escribe claramente, “De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece” (Romanos 9: 18).
Los arminianos argumentan que los hombres están en el infierno precisamente porque decidieron rechazar la salvación proveída por Cristo. Pero si suponemos que esto es lo correcto, no implicaría que los que están en el cielo están ahí por sus propios méritos? El punto es válido! Es decir, si hay unas personas que decidieron aceptar esa supuesta salvación, quiere decir que hubo algo en ellos que los hizo aceptarla. Algún mérito han de tener, ya sea fueron más inteligentes, más sabios, más atentos, más sensibles, etc. Pero al final fue por algo que hubo en ellos por lo que tomaron la decisión correcta. Pero, no niega esto el argumento paulino sobre la salvación por gracia y no por obras, para que nadie se gloríe? No es la decisión humana una obra o un esfuerzo del hombre para lograr algo? Siguiendo la lógica arminiana, el hombre que llega al cielo puede gloriarse, pues hizo algo que otro hombre no hizo y eso le da méritos para ser salvo. Esto, bíblicamente, es una abominación.
La verdad de la palabra de Dios es que todos los hombres merecen ir al infierno porque son pecadores rebeldes que han trasgredido voluntariamente la Ley de Dios. Nadie tiene excusa! Todos los hombres odian a Dios y no desean ser gobernados por Él. Es por ello que Dios tiene, en Su misericordia y para Su gloria, que salvar a ciertos hombres regenerándoles (Ezequiel 36: 22-32), otorgándoles la fe en Cristo (Efesios 2:8), el arrepentimiento (2 Timoteo 2: 25), y preparando todas las buenas obras para que esos hombres anden en ellas (a esto se le llama santificación) (Efesios 2:10). No es esto lo que explica Pablo en la cadena dorada de la redención (Romanos 8: 28-30).
Ahora, veamos esto del infierno analizando un pasaje muy conocido del evangelio de Lucas. En Lucas 16 leemos lo siguiente,
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. 27 Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30 Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.” Lucas 16: 19-31
Noten algo interesante: El rico no le pide a Abraham que le dé otra oportunidad para poder ser salvo. Lo único que le interesa, en medio del tormento del infierno, es que envíe a Lázaro ara que le refresque la lengua. El rico no desea estar con Dios en el cielo. Porqué? Porque le odia. El rico prefiere estar ardiendo en el infierno que estar en la presencia del Dios verdadero. Si el argumento arminiano fuera correcto, Jesús hubiera enseñado que el rico estatría pidiendo por otra oportunidad para estar con Dios. La enseñanza de Jesús nos permite ver claramente la depravación del hombre, que aún sufriendo en el infierno no puede desear estar con Dios. Esta es la más clara representación del odio del hombre por la luz (Juan 3: 19-20).
Entonces, queda claro que los hombres naturales no son entes moralmente neutros, sino que por el contrario toda su naturaleza es esclava del pecado. Dios no es injusto en enviar a un rebelde al infierno, debido a que ese rebelde no desea estar con Dios de todas maneras, pues le odia. Dios es totalmente justo al hacerlo. Defendamos, entonces, la doctrina bíblica del hombre ante tantas mentiras que se han enseñado desde la antigüedad hasta nuestros tiempos al respecto.
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Dios sería injusto si enviara al infierno a hombres que nacieron sin pedirlo, que vivieron cirscunstancias en sus vidas que condicionaron sus acciones posteriores o que negaran su existencia. Sin embargo Dios no hace eso, la paga del pecado es muerte y por lo tanto quienes niegan a Dios y no aceptan la muerte de su Hijo como sustitución por los pecados propios, simplemente dejan de existir, Dios no castigará jamás con un suplicio eterno a alguien que ni siquiera pidió nacer en este mundo. De hecho, el solo planteamiento de la existencia de un infierno eterno indicaría la existencia de un Dios injusto.
Saludos
Rodrigo,
Tu argumento es absurdo. Tu pediste nacer? Le dijiste a Dios que deseabas venir al mundo? Es Dios quien en Su soberanía decide hacer que existan los hombres que han existido. Solamente el numero que Dios ha decretado en la eternidad van a existir, ni un hombre más ni un hombre menos. Dios nunca es injusto. Ni siquiera al enviar a hombres al infierno. Pero veo que como liberal-postmodernista-emergente, niegas una verdad bíblica. El infierno es una realidad. Cristo enseñó más de este tema que de la vida eterna. Valdría la pena que leyeras la BIblia.
Personalmente creo que no es Dios quien toma la decisión de mandar a alguien al infierno sino nosotros somos quienes tomamos esa decisión al rechazar a Cristo como nuestro salvador.
Yo lo comparo como una reservación en un restauran… cuando uno hace una reservación uno escoge la mesa que pidió lo único que hacen cuando llegamos es llevarnos al lugar que nosotros ya elegimos!!
Porque culpar a Dios si nosotros no nos decidimos por el??
Saludos Eduardo
Atte.
Luis E. ALvarado
Luis,
Dios es soberano! El hombre es totalmente depravado. Sin la intervención de Dios todos los hombres van al infierno, como castigo por su transgresión, pero también porque odian a Dios y voluntariamente pecan en Su contra. Entonces, si depende de Dios darle la fe a un hombre, porque hay hombres en el infierno? Implica esto, segun Efesios 2:8 que Dios no le da la fe a todos los hombres, sino solo a unos. Esto hace que sea Dios quien tome la decisión de enviar a unos hombres al infierno (Romanos 9: 18-24), pero ellos van voluntariamente allí, pues le odian. La soberanía de DIos no conradice la responsabilidad humana.
Es cierto Eduardo, tienes razon!!
Gracias por corregirme
Saludos
Otra forma de exponer la irracionalidad e inconsistencia de creer que el hombre es un ser moralmente neutro es la siguiente: La neutralidad misma es pecado y, por lo tanto, finalmente no es neutra, con lo que entra en contradicción.
La neutralidad misma frente a lo que es bueno necesariamente es mala, pues ¿Cómo va a ser bueno alguien que frente al bien está en un estado de neutralidad? ¿Acaso eso no demuestra, en cierto sentido, que la voluntad misma es incapaz de moverse hacia el bien? Y al ser la neutralidad frente al bien finalmente un defecto y, en definitiva, una clara expresión de la depravación de la voluntad, entonces no queda otra opción que juzgarla como pecaminosa.
¿No es esa la enseñanza clara de pasajes como Mateo 12:30 y Apocalipsis 3:15-16, por ejemplo? La neutralidad frente al bien finalmente es un rechazo implícito del mismo y, por lo tanto, es pecado. Más como esta posición reclama ‘neutralidad’, pero esa misma ‘neutralidad’ es finalmente mala, entonces entra en contradicción consigo misma, con lo que aquella posición finalmente es inposible y francamente absurda.
O el arbol es bueno o es malo; cualquier otra posibilidad es finalmente imposible e irracional. La neutralidad moral es absurda.
Dios te bendiga…