Salvador Gómez Dickson: La Iglesia Dependiente de Cristo
Esta es la última entrada acerca de las enseñanzas que recibió la iglesia a la que asisto del pastor Salvador Gómez Dickson. Realmente, como creo ha sido para ustedes, fue de gran bendición, no sólo el poder aprender de un hombre temeroso de Dios, sino aprender la manera correcta en la que se deben estudiar las Escrituras. El día de hoy veremos lo que el pastor Gómez dice acerca de los últimos dos versículos,
” 15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” Efesios 4: 15-16
1. La verdad en amor
Dice el pastor Gómez que todos y cada uno de nosotros tiene parte en el estado de la iglesia en la actualidad, ya que la iglesia no está constituída por muros, sino el conjunto de los llamados por Dios. En el versículo 15 vemos que el crecimiento de la iglesia está íntimamente relacionado con la verdad y el amor.
El pastor nos insta a ver esta realidad, y a amar, abrazar, hablar y predicar la verdad. Como buen expositor y maestro, Gómez nos enseña que la traducción al castellano “siguiendo la verdad ” no es la más correcta, pues es una forma verbal en griego que no existe en nuestra lengua. Lo que la palabra en griego aletheuo quiere decir es “verdadear.” Debemos “verdadear” en amor.
Es que somos igual de celosos que los incrédulos en sus convicciones? Como iglesia debemos vociferar la verdad. Eso es lo que dice Pablo. La iglesia, nos dice Gómez, no puede crecer sin la verdad. Cueste lo que cueste. En años pasados, se respetaban a las personas, pero no se toleraba el error. En la actualidad no respetamos a las personas pero toleramos el error. Si somos fieles a Cristo, asegura Gómez, traeremos división.
Como creyentes, nosotros creemos verdades sólidas y absolutas, y es por ello que éstas no deben ser trivializadas. La verdad nos muestra lo positivo, pero además ilumina las tinieblas. Si decimos que hay un sólo Dios, decimos que no hay dos o tres dioses. Si decimos que hay un sólo mediador entre Dios y los hombres, decimos que ni María, ni nadie más pueden ser mediadores.
El error en el que caemos es que en ocasiones queremos hacer el mensaje de la verdad algo menos ofesivo, y por ello toleramos el error, o no luchamos por mostrar esa verdad. Cristo nos enseña en su ministerio que debemos actuar con misericordia, pero sin tolerar el error,
“He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.” Mateo 10:16
Luego, en ese mismo pasaje en el evangelio de Mateo vemos la promesa que Cristo nos hace con respecto a lo que pensarán los incrédulos de los cristianos. Vemos a Cristo diciendo,
“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Mateo 10: 22
“Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?” Mateo 10: 25
Es decir, Cristo promete que seremos aborrecidos por el mundo, ya que cada creyente refleja de alguna manera el caracter de Cristo, al ser santificados por el Espíritu Santo. Pero lo que Cristo nos obliga a hacer es que su evangelio debemos, “decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas” (Mateo 10: 27). Porqué? Porque no debemos temer al hombre, sino, “temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10: 28).
La verdad, nos dice el pastor Gómez, es que siempre encontraremos un obstáculo al proclamar la verdad, pero lo que debe quedar claro es que el mensaje bíblico es totalmente exclusivista, por ejemplo, el hecho de que sólo hay un camino para llegar al conocimiento del Dios verdadero (Juan 14: 6).
En este pasaje Pablo habla de una verdad específica, a diferencia del pensamiento postmodernista que dice que todas las verdades son relativas. Los creyentes no proclamamos ideas vagas, nebulosas o indefinidas, como hacen muchos. Contra estos, la reprensión bíblica es severa (Gálatas 1:8). Debemos amar esas verdades y a las personas, pero basados siempre en esas verdades.
Muchas personas se ofenden cuando son expuestas a la verdad, pero ocurre porque no ven el bien que busca esa verdad. Pablo le dice a los Gálatas, cuando estos toleraban a aquellos falsos maestros que les enseñaban mentiras,
“16 ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? 17 Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos.” Gálatas 4: 16-17
2. El crecimiento de la iglesia proviene y depende de Cristo
Esto mismo fue enseñado por Cristo,
“1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. ” Juan 15: 1-8
La realidad es que separados de Cristo nada podemos hacer. La iglesia sólo puede crecer unida a Cristo. Además, dice el pastro Gómez que este crecimiento es universal, es decir, en todas las áreas, por ejemplo Pedro escribe,
“5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. ” 2 Pedro 1: 5-7
Si añadimos estas cosas nos pareceremos a Cristo. Estamos llamados a ser como Cristo, por ello cada día debemos crecer a esa imágen. Pero también debemos tener claro que seguir a Cristo no es fácil, y en ocasiones puede costarnos la vida. Debemos permitir que Cristo derribe y destruya los ídolos de nuestro corazón.
Esa unidad de la que habla este capítulo de Efesios, sólo puede ocurrir si cada cristiano anda con Cristo diariamente, pues lo que haga un creyente afecta a toda la iglesia. Cómo puede andar un curpo sin su cabeza? Cuando Cristo nos salva, se acabó el individualismo.
3. El crecimiento de la iglesia es propiciado por un ambiente de humildad y cooperación.
Aferrándonos a la verdad nos protegemos del error. Debemos corregirnos con amor, pues si los huesos del cuerpo están sanos; o si los músculos del cuerpo están bien, pero las coyunturas están mal, el cuerpo no se puede sostener. Los creyentes deben fortalecer las coyunturas. Es obvio que no existe un órgano inútil o autosuficiente. Si queremos que la iglesia crezca debemos hacer nuestra labor.
Esta fue la enseñanza recibida por el pastor Salvador Gómez Dickson durante la conferencia anual “Conociendo a Dios,” que se llevó a cabo del 23 al 26 de Octubre del 2008.
sujetosalaroca.org
Suscribete para recibir actualizaciones de entradas como esta.
Suscribete por email.
Suscribete al podcast por iTunes.
Apoya este sitio visitando los patrocinadores aquí.