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El Premilenialismo y Apocalipsis 20-Parte III

July 15, 2008

En las entradas previas hemos observado que la clave en la interpretación del pasaje de Apocalipsis 20 se encuentra en su relación con Apocalipsis 19: 11-21. Lo que debe quedar claro es que estas visiones no deben ser leídas como eventos sucesivos, sino como descripciones de un mismo evento.

La visión de Apocalipsis 20: 1-6 se divide en dos secciones. La primera, en versos 1-3, describe cuando Satanás es atado por un período de mil años. La segunda, en versos 4-6 que describe el reino de los santos con Cristo durante este milenio e incluye una referencia a los santos que participan en la primera resurrección y no son sometidos a una segunda muerte.

La visión de Apocalipsis 20 inicia con una impactante muestra de Satanás siendo atado,

“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo.” Ap. 20: 1-3

El apóstol Juan observa un angel que desciende del cielo para llevar a cabo el propósito de Dios. Toda la vision sugiere que la autorización divina y el poder del angel para llevar a cabo esto es invencible. Es equipado con la llave del abismo, lenguaje que sugiere poder para abrir y cerrar. Este abismo, según leemos en otros pasajes en Apocalipsis es el lugar donde moran los demonios. Apocalipsis 9: 1-6 nos muestra el pozo del abismo de donde sale el humo, y langostas para afligir a aquellos que habitan en la tierra. Es a este lugar a donde el angel viene a echar a Satanás, de acuerdo a Apocalipsis 20. Además de la llave, el angel tiene una gran cadena. Algunos han sugerido que esta cadena representa la palabra de Dios (Apocalipsis 19: 13,15). Lo que si debe quedar claro es que el angel está perfectamente equipado para llevar a cabo el propósito y la voluntad de Dios para restringir la actividad de Satanás.

El foco de esta primera parte de la vision se fija en las acciones del angel para atar a Diablo, a quien le llama “dragon,” “la serpiente,” etc. El angel toma a Satanás, lo ata y lo echa al abismo. Pero, cuando Satanás sea desatado por un período corto de tiempo, el lenguaje empleado por Juan es que esto ocurre bajo el total control de Dios.
La pregunta clave para interpretar esta primera sección es la naturaleza exacta y las implicaciones de esta atadura a Satanás. Los premilenialistas históricos y dispensacionalistas, así como los postmilenialistas están de acuerdo que esta atadura debe entenderse como una acción que imposibilita totalmente las acciones de Satanás. Lo que dicen es que esta atadura no puede ser el período que ocurre entre la primera y segunda venida de Cristo. Para los premilenialistas, esta acción del angel es tan completa que no puede haber ocurrido ya.

Existen razones bíblicas para concluír que el tiempo presente de la historia representa el período en donde Satanás no podrá engañar meas a las naciones. Fowler White, en el Journal of the Evangelical Theological Society de Marzo de 1999, argumenta que el lenguaje usado es el de un ‘idioma epico’ de la Victoria sobre el dragon. Fowler dice que este lenguaje no requiere una conclusion literalista de que Satanás no tiene poder para lllear a cabo sus propósitos rebeldes en la historia [1].

Considerando la historia bíblica de la redención podemos ver cambios importantes del Antiguo al Nuevo Testamento con respecto a las naciones de la tierra. Mientras que en el Antiguo Testamento Dios llamó a Abraham de la tierra de los caldeos y lidió principalmente con el pueblo de Israel, en el Nuevo Pacto el evangelio es predicado a todo el mundo (Mateo 24: 14) y las naciones están siendo disciplinadas (Lucas 24: 47; Mateo 28: 16-20). La diferencia en la administración del pacto no afecta la substancia del pacto de gracia, pero sí afecta la manera en la que las noticias son predicadas a todas las naciones de la tierra.

Comparado a la extension del reino de Dios en la era actual, antes de la venida de Cristo, las naciones de la tierra permanecían bajo la decepción de Satanás. A pesar de que Dios la manera en que Dios trataba a Israel no era del todo algo étnico, ellas estaban restringidas de maneras que no lo están en la era presente. La luz del evangelio que ilumina a las naciones contrasta con la oscuridad en la que estas estaban en el antiguo pacto.

Es de vital importancia notar que el lenguaje describiendo a la atadura de Satanás en Apocalipsis 20 lo asocial con una restricción de su actividad por lo cual no podrá engañar más a las naciones. Este es el propósito y efecto de la atadura de Satanás. El enemigo es atado para que ni pueda prevenir la predicación del evangelio ni engañar a las naciones. Esta vision confirma la enseñanza de que el período entre la primera venida de Cristo y su segunda venida es uno en el que el evangelio del reino de Dios es predicado con poder y confianza a todas las naciones de la tierra. Esta es la comisión dada por Cristo a sus discípulos (Mateo 28:18), cuando a Cristo le fue dada toda autoridad en los cielos y la tierra. Además, la comisión fue dada con la promesa de que Cristo regresaría para estar con sus discípulos al final de esta era. Cristo le dijo a sus discípulos, “Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.” (Lucas 13: 29), lo cual demuestra que en este período el poder de Satanás ha sido removido.

En una visión previa en Apocalipsis, Juan vio una gran batalla en el cielo que concluyó con el dragón siendo echado en la tierra (Ap. 12: 7-12). En esta visión, Satanás es descrito como aquel que engaña a todo el mundo, pero ahora Satanás ha sido derrotado en el cielo y ha sido echado fuera, y se escucha una voz del cielo que dice, “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.” (Apocalipsis 12: 10-11), lo cual nos permit ever la misma realidad de la que se habla en el capítulo 20 del libro, es decir, que la capacidad de engañar a las naciones ha sido terminado. Ahora ha venido el reino de Dios, y las naciones están siendo disciplinadas, y ahora el poder del evangelio está siendo revelado a las naciones.

En los evangelios encontramos en las predicaciones de Cristo un lenguaje que hace eco de lo que encontramos en Apocalipsis 20, y que proven el contexto bíblico para entender este capítulo. El evangelio de Mateo contiene la historia de Jesús curando a un hombre endemoniado. Cuando las multitudes escuchan del milagro quedan asombrados y se preguntan si Jesús es el Hijo de David (Mateo 12: 23). Sin embargo, los fariseos, al escuchar dijeron, “Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios.” (Mateo 12: 24). En respuesta a la blasfemia de parte de los fariseos, Jesús hace notar que ningún reino dividido contra él mismo puede prevalecer. Luego dice que el poder para echar fuera demonios es una demostración de la presencia del poder del reino de Dios: “Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.” (Mateo 12: 28-29). En esta respuesta a los fariseos, Jesús enseña que el reino de Dios ha llegado y que se encuentra entre los hombres en Su persona y obra. El milagro hecho al hombre endemoniado demuestra que Satanás fue atado y que no puede evitar la caída de su casa.
En otra occasion en los evangelios, leemos que Jesús envoi a setenta discípulos de dos en dos para proclamar la cercanía del reino de Dios. Jesús comisiona a los setenta a que vayan al campo de la cosecha y sanen a los que están enfermos y les digan, “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.” (Lucas 10:9). Cuando los discípulos vuelven, regresan con gozo y reportan, “Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.” (Lucas 10: 17). En respuesta Jesús les dice, “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. (Lucas 10: 18-19).

En estos pasajes es claro que la venida de Cristo y Su ministerio es la realización concreta de la venida del reino de Dios, un reino que destruye la casa de Satanás y libera a los cautivos del pecado. En otro ejemplo, en el evangelio de Juan, la venida de Cristo es asociada con el término de la atividad de Satanás sobre las naciones de la tierra y la expansion de la iglesia. Prediciendo Su muerte, Cristo declara, “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” (Juan 12: 31-32). Esta pasaje habla de echar fuera, en juicio, al amo de este mundo, y de que Cristo, en su crucifixion atraerá a toda clase de hombres, judíos y gentiles de entre todas las naciones, hacia Él. Esto es lo que habla el pasaje en Apocalipsis 20 con respecto a la atadura de Satanás y rejuntar a las naciones. Veamos, que al igual que en el pasqje de Mateo, Juan utiliza lenguaje similar al utilizado en Apocalipsis 20.

Si usamos la regal estándar de interpretación bíblica, esto es, que la Biblia interpreta la Biblia, y que los pasajes más difíciles deben ser interpretados dependiendo de los pasajes claros, es claro que la atadura de Satanás en Aocalipsis 20, para que no engañe a las naciones es una representación de los eventos que coinciden con la primera venida de Cristo, y que ha sido victorioso sobre el maligno. Entre la primera y segunda venida de Cristo, el reino milenial de Cristo sobre la tierra está siendo manifestado para todos.

Ahora, otra de las características intrigantes de la vision en Apocalipsis 20 está en referencia con el período de mil años. Para la mayoría de premilenialistas, este lenguaje debe se tomado como literal en referencia a un período de tiempo en la historia diferente luego del regreso de Cristo, esto, especialmente entre los dispensacionalistas. Debido a que los amilenialistas tomamos el período de ‘mil años’ como algo que indica un largo período de tiempo, nos acusan de espiritualizar las Escrituras.

Debemos tener dos cosas en cuenta; primero, la insistencia que el lenguaje de Apocalipsis 20 deba ser tomado literalmente, hace que gran parte de la Biblia sea malinterpretada, como lo he demostrado en las entradas previas. Un libro como Apocalipsis, con su gran simbolismo y uso de ‘tipos’ bíblicos y figures, no nos da razón para tomar ‘mil años’ como algo literal. Segundo, el que solo en Apocalipsis 20 ocurra el milenio, nos sugiere que los premilenialistas erran, pues no tienen soporte para su vision en la Biblia. Pero, es que la Biblia utiliza el número mil de manera simbólica en otros pasajes?

Así como el número mil tiene que ser tomado como algo literal (Génesis 20: 16; Esdras 1: 9-10), existen otros pasajes que tiene un significado simbólico. En Deuteronomio 7:9 el Señor es descrito como, “Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones.” En Exodo 20, se contrasta aquellos que le odian de aquellos “millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.” (Exodo 20: 6). Similarmente en los Salmos, el creyente confiesa que “Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer” (Salmo 90: 4). El apóstol Pedro dice que “para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro 3:8).

Lo que estos pasajes demuestran es que el número mil es frecuentemente utilizado en la Biblia para referirse a un extenso período de tiempo. El uso de ‘mil años’ en Apocalipsis es, cuando se interpreta contra el resto de las Escrituras con respecto al simbolismo, como una referencia a un período de perfección, compleción, del plan de redención de Dios. La expresión no se refiere a que el milenio es un período de 365,000 días. Así como la fidelidad de Dios es perfecta y nunca falla (hasta mil generaciones), así mismo los tiempos en sus propósitos redentivos son perfectos y nunca fallan. Lo que debemos entender de Apocalipsis 20 es que el período de atadura de Satanás es completo.

En la próxima entrada continuaremos con la última parte de la serie de Apocalipsis 20.

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[1] Fowler White. Journal of the Evangelical Theological Society. Marzo 1999. Páginas 53-66.

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2 Comments leave one →
  1. Fernando Leiva permalink
    July 27, 2012 6:18 pm

    UFF..Gracias don Eduardo este analisis biblico me ha aclarado mucho..gracias a Dios

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