Los Pactos Bíblicos: Abrahámico
La importancia del pacto Abrahámico es primaria para poder comprender toda la Biblia. Es imperativo que cada uno de nosotros estudie cuidadosamente este pacto, pues a pesar de que es casi unánime la importancia de este, su significado ha sido muy debatido. Por ejemplo, se ha discutido si se trata de dos pactos diferentes, las provisiones, si es uni o bilateral, y cuando se cumplen esas provisiones.
El Pacto en la Torah
El término berît (pacto), ocurre úncamente en Génesis 15:18 y 17: 1-21. Sin embrago en otros lugares, se escribe acerca de más comunicaciones de Dios con Abraham [1]. En contraste con la Torah, el Nuevo Testamento sólo se refiere al ‘pacto’ (diatheke) con Abraham en cinco ocasiones [2]. En el Nuevo Testamento, la palabra más utiizada es epangelia que se traduce ‘promesa,’ a pesar de que la Septuaginta nunca utiliza esa palabra para designar este pacto.
Génesis 12
El pasaje de Génesis 12: 1-3 es esencial para comprender la narrativa bíbica del pacto Abrahámico. Este pasaje incluye el primer discurso de Dios a este hombre, y las palabras del Señor son la base de lo que sigue en Su trato con Abraham, Isaac, Jacob, y luego con la nación de Israel.
Las palabra de bendición de Dios expresa Su favor y Su deseo que lleva a fertilidad, prosperidad, protección, y la preservación del que recibe la bendición. Es claro que la determinación de Dios de bendecir a la humanidad lleva a la formulación del pacto.
La primera cláusula del pacto es la orden que le da Dios a Abraham de salir de la tierra de su padre e ir a la tierra que Dios mismo le mostrará (Génesis 12:1). Cuando Abraham sale de su tierra está renunciando a su nación. Es decir, Dios estaba haciendo que Abraham renunciara a su identidad, al renunciar la nación que representaba al resto de la humanidad que estaban en rebelión contra Dios. Las promesas de Dios dependían de la obediencia de Abraham a la orden de Dios (Génesis 12: 2-3).
En respuesta a la obediencia, Dios le promete varias cosas. Primero, “haré de ti una nación grande” (Génesis 12:2 a). No debemos perder de vista el contexto del resto de los capítulos previos. Al renunciar a su identidad, Dios le promete hacerle una nación tan grande como las naciones de Génesis 10. La nación de Abraham sería diferente a todas las demás porque su ancestro no es un descendiente inmediato de Noé, ya que Abraham estaba separado diez generaciones de Noé.
Segundo, Dios dice, “te bendeciré” (Génesis 12: 2 b). Dios le promete que tendría un favor especial de Dios, que se manifestaría en su prosperidad y fertilidad. Tercero, Dios le promete, “engrandeceré tu nombre” (Génesis 12: 2c).
La siguiente cláusula del pasaje nos muestra la intención de Dios en cumplir esas promesas. El plan de Dios es que Abraham sea una bendición (Génesis 12: 2d). A quién? En el futuro, Dios quería que Abraham fuera una bendición para todas las naciones de la tierra. No todos los individuos serán bendcidos, pero de cierto, todos los grupos humanos en la tierra lo serán.
Los siguientes versos nos muestran la obediencia del patriarca. Dios le dijo ‘ve’ y Abraham ‘fue.’ Una vez que Abraham llega a la tierra de Canaan (Génesis 12:7), Dios le da otra promesa, “A tu descendencia daré esta tierra.” Más adelante, Dios le ordenaría a Abraham andar por toda la tierra para que tuviera la certeza de que sería suya (Génesis 13:17). Abraham, por fe, hace lo que Dios le ordenó.
Génesis 15
El pasaje de Génesis 15: 1-21 nos muestra la siguiente comunicación de Dios con Abraham, en donde se enfatiza la ‘simiente’ y la ‘tierr,’ y describe como ocurre el pacto entre Dios y Abraham. Primero, en Génesis 15: 1-5, Dios alienta a Abraham afirmándole que su don sería grande. Abraham cuestiona a Dios, ya que él no tiene hijos. Dios le asegura que él tendría un hijo natural, y que su simiente sería como las estrellas del cielo.
Moisés escribe que Abraham tuvo fe en esa promesa de Dios y por ello Dios le cuenta esa fe como justicia. Luego en los versos 7-21, Dios enfatiza la tierra. Cuando Abraham cuestiona la seguridad de esa promesa, Dios hace un pacto con él.
Esta ceremonia inicia con la orden de Dios a Abraham de tomar ciertos animales, lo cual hace Abraham obedientemente. Los corta y los coloca unos frente a otros (menos los pájaros) y protege los cadáveres de los pájaros. Es claro que Abraham conocía el ritual, ya que Dios no le explica como debe hacer las diferentes cosas.
Pareciera que Abraham conoce el significado de los animales, es decir, que la promesa de Dios vendría del pacto inquebrantable en el que entrarían Abraham y Dios en donde prometerían cumplir con ciertas cosas para con el otros, reconociendo las consecuencias de si alguno falta al pacto. Esta era la manera en que se hacían los pactos entre hombres en tiempos de Abraham. El hombre que no cumpliera el pacto, sería muerto así como lo representaban los animales.
Sin embaro, existe algo particular en este pacto. De pronto cae un seuño profundo sobre Abraham, y es Dios quien pasa entre los animales, atándose Él mismo al cumplimiento del pacto (Génesis 15: 18-21). Esta promesa ocurrirá solamente después de que la simiente de Abraham sea oprimida por 400 años a manos de otra nación. Luego Dios juzgará a esa nación y los traerá a poseer la tierra que le había prometido. Su promesa es segura porque Dios no puede mentir; Su promesa es segura, porque Dios no puede morir.
Génesis 17
Cuando Abraham tenía 90 años, Dios se le aparece de nuevo y la habla acerca del pacto. Dios se identifica como ‘Dios Todopoderoso’ (Génesis 17:1). El contexto en el que vemos el pasaje es el pacto hecho, pero Dios demanda completa sumisión de parte de Abraham. Es más, Dios le ordena a Abraham que pase delante de Él como una muestra de que debe ser recto.
Luego Dios le ordena circuncidar a todos los varons de su casa (Génesis 17: 10,12-13). Esto es el signo del pacto eterno de Dios con Abraham. Con esta ceremonia, el pacto es finalizado. Este pacto une a Dios para cumplir las promesas que le hizo a Abraham.
Génesis 18
Antes de destruír Sodoma y Gomorra, Dios aparece con dos ángeles a Abraham para asegurarle que Sara tendrá un hijo en el transcurso de un año (Génesis 18: 1-15). Dios además le revela a este hombre la razón por la cual destruirá estas dos ciudades. Dios le deja claro que el cumplimiento de la promesa es seguro, pero que sus descendientes deben ‘guardar el camino de Jehová.’
Génesis 22
La última comunicación de Dios a Abraham ocurre en los versos 15-18. Estas palabras ocurren luego de la obediencia de Abraham a la prueba de Dios. Dios le afirma que su simiente poseerá la puerta de sus enemigos (Génesis 22:17). Al final del libro de Génesis vemos que es la tribu de Judá, la que al final su “mano en la cerviz de sus enemigos” (Génesis 49: 10). A él obedecerán todas las naciones de la tierra (Génesis 49:10-11; Apocalipsis 5:5). La mejor interpretación de esa ‘simiente’ es verla como el cumplimiento final del pacto Abrahámico, que es el rey de los hijos de Israel que viene de la línea de Judá.
Luego de la muerte de Abraham, Dios promete a Isaac y a Jacob el cumplimiento de Su promesa dada a Abraham. La narrativa de Génesis concluye con la declración de José en la confianza en la fidelidad de Dios a Su pacto.
Exodo y Deuteronomio
La experiencia de la nación de Israel es el trabajo inicial de las promesas que Dios le dio a Abraham. Primero, Israel creció abundantemente en Egipto de acuerdo al pacto Abrahámico. Luego, el faraón confiesa que los hijos de Israel son más y más poderosos que ellos (Exodo 1:9). Segundo, Dios saca a Israel de Egipto, como se lo prometió a Abraham (Génesis 15: 13-14). Tercero, Dios los lleva a tomar la tierra de Canaan. La Torah cierra su narración con la expectativa de Israel de conquistar la tierra prometida.
Sin embargo, la Torah predijo que Israel, a causa de su desobediencia fallaría en esa conquista y sería dispersado por todas las naciones (Deuteronomio 29: 22-28). Pero en el futuro, Dios reuniría a Su pueblo arrepentido a la tierra que le había prometido. Cuando leemos el Pentateuco vemos la misericordia de Dios hacia Israel en base a su fidelidad a ese pacto Abrahámico.
Elementos del Pacto Abrahámico
Las promesas de Dios a Abraham se pueden agrupar en tres categorías:
1. Dios prometió a Abraham hacerle una gran nación. Isamel a pesar de ser el primogénito, sería una gran nación, pero la bendición sería para los hijos de Isaac.
2. Dios le prometió a Abraham personalmente bendecirlo, al proveer los animales del sacrificio, victoria en la batalla, e hijos.
3. Dios le prometió bendecir a todas las naciones de la tierra a través de Abraham. Esta promesa se da en la ‘simiente’ (singular) de Abraham.
Naturaleza del Pacto Abrahámico
Este es quizás el aspecto más debatido [3]. Algunos dice que el pacto fue condicional y bilateral entre Dios y Abraham. Sin embargo el texto bíblico nos da evidencias de lo contrario. Primero, fue Dios quien estableció las promesas. Segundo, durante la ceremoni, fue Dios quien pasó entre los animales, no Abraham. Tercero, las promesas son eternas, y por lo tanto sólo pueden ser cumplidas por Dios.
La mayoría de los académicos estea de acuerdo en que las promesas de Dios lo atan sólo a Él para su cumplimiento y por lo tanto las hacen incondicinales, pero el tiempo y la participación son condicionales, dependiendo a la fe producida por la obediencia humana.
El Pacto en el Nuevo Testamento
Con la venida de Jesús como el Cristo, el Nuevo Testamento demuestra cmo esto se relaciona con el pacto Abrahámico. Jesús es visto como el único enviado por Dios para liberar a Israel de sus enemigos y para cumplir las promesas del pacto Abrahámico.
El Nuevo Testamento, ve a los israelitas como los descendientes de Abraham, sin embrago ser descendiente por la carne no garantiza que alguien pueda gozar de las promesas. Un israelita debe tener fe y arrepentirse para experimentar las bendiciones de Dios.
El Nuevo Testamento habla de un remanente de israelitas fieles como una muestra de que Dios liberará a Israel. Además, los gentiles creyentes son llamados en el Nuevo Testamento “descendientes de Abraham,” debido a su unión con Cristo.
El cumplimiento final de este pacto ocurrirá en el futuro con la venida de Cristo.
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[1] Ver: Génesis 12:1-3, 7; 13: 14-17; 15:1-21; 17: 1-21; 18:17-33; 21: 12-13; 22:1-18; Exodo 2:24;6:4-5; Levítico 26:42-44; Deuteronomio 4:31.
[2] Ver: Lucas 1:72; Hechos 3: 25; 7:8; Gálatas 3: 17; 4:24.
[3] Ronald Youngblood. The Abrahamic Covenant: Conditional or Unconditional. Páginas 31-46.
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