Consejos para Recibir Correctamente la Predicación
La Biblia nos enseña de muchas maneras la centralidad que debe tener la predicación de la Palabra de Dios, no sólo en las vidas individuales de los creyentes, sino también en la vida de la iglesia. La iglesia se reúne cada domingo para adorar a Dios. Ese es el propósito de Dios al convocar a Su pueblo el primer día de la semana. Sin embargo, como creyentes debemos comprender que el centro de esa adoración a Dios no está en los himnos, ni en los testimonios, ni en las oraciones. El centro o foco de la adoración a Dios en la iglesia se encuentra durante la predicación de la Palabra.
Es en ese momento cuando Dios se dirige a Su pueblo con el fin de instruirlo, exhortarlo, corregirlo, consolarlo, etc. Y todo ese conocimiento es recibido por nuestra mente para mover nuestros corazones para adorar a Dios de una manera única. Por eso es tan importante aprender maneras para recibir adecuadamente la predicación de la Biblia.
Es por ello que deseo compartir estos simples consejos esperando que sean de bendición para sus vidas,
1. Orando por los pastores que van a predicar el próximo domingo: Estas oraciones sirven como el inicio de la preparación de nuestras almas para el domingo.
Habiendo entendido que cada domingo se reúne la iglesia para escuchar a Dios hablar por medio de la predicación de la Biblia, entonces es urgente que clamemos a Dios para que el predicador pueda prepararse adecuadamente para tan enorme tarea. Pablo le escribió a los Tesalonicenses,
“Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros.” 2 Tesalonisences 3:1
Orar por esto también sirve para crear en nosotros una urgencia y una expectación por la Palabra que será predicada. Orar nos trae el domingo con una actitud correcta a la iglesia.
2. Leer y meditar en el pasaje que será expuesto: Si queremos recibir bien la predicación de cada domingo, es recomendable leer el pasaje o los pasajes con antelación. Esto nos permite estar mejor preparados habiendo meditado y trabajado mentalmente con el pasaje.
Si no tiene conocimiento del texto que será predicado, entonces acérquese a los pastores y pregunte. Hágalo y notará la diferencia en su entendimiento bíblico cada domingo.
3. Obtener un buen descanso el sábado: Parte importante de nuestra preparación para recibir la palabra de Dios es haber obtenido un buen descanso la noche anterior.
Recordemos que nuestra carne es débil, y si estamos cansados es muy fácil que perdamos nuestra atención, que oigamos pero no escuchemos, que perdamos la paciencia, etc, y cuando hacemos esto estamos insultando a Dios.
En la predicación, Dios se está dirigiendo a nosotros. Qué sentimos cuando alguien nos habla y no nos presta atención? Bueno, pues esto es exactamente lo mismo que le hacemos al Dios eterno cuando nos distraemos durante la predicación de Su Palabra.
Entonces, si queremos recibir correctamente la palabra de Dios el domingo, debemos haber descansado el sábado. Ese día no debería ser para salir y llegar tarde, ni para perder nuestro tiempo en cosas vanas. Ese día deberíamos verlo como el tiempo de preparación de nuestras mentes, cuerpos y almas para la predicación.
Además, servirá para probar lo que es realmente importante para nosotros.
4. Prepárese adecuadamente la mañana del domingo: Y con esto me refiero a levantarse temprano, desayunar bien, preparar las cosas que debe traer a la iglesia, etc. Los que tienen carro deberían haberlo revisado antes para no llevarse ninguna sorpresa el domingo. Hacer esto nos ayuda a recibir mejor la predicación.
Con hambre no podemos recibirla bien: nos distraemos, estamos impacientes a que llegue el final del culto para poder llegar a la casa a comer.
Si nos levantamos tarde o no tomamos en cuenta los posibles imprevistos llegaremos a la iglesia indispuestos, enojados, tarde, etc; y esto influye en la manera en la que vayamos a recibir el sermón. Entonces, no deje que esas cosas le puedan afectar durante el tiempo en que Dios nos está hablando. Levántese temprano el domingo y prepárese.
5. Escuche la predicación: Y me estoy refiriendo a escuchar no simplemente a oír. Oír es percibir un sonido, pero escuchar es prestar atención a lo que se oye.
Entonces, algo importantísimo, pero no obvio, es prestar atención al sermón. Ponga su mente a trabajar, siga el bosquejo del sermón, tome apuntes, etc. Esto le ayudará a estar alerta y a recibir mejor la Palabra de Dios.
También la ayudará a ser edificado de una mejor manera. Una de las cosas que yo hago es tomar apuntes en mi Biblia. Eso me sirve para mantenerme enfocado; mejora mi memoria de lo que fue predicado; me sirve también para cuando vuelvo a estudiar el pasaje en mi devocional personal; y podría ayudarnos a recordar cuando estamos compartiendo con otros lo que hemos aprendido el domingo.
Pero, si no desea usar su Biblia, traiga un cuaderno, o preste atención y vuelva a su casa y vuelva a ver el sermón durante la semana tomando notas.
6. Traiga y Mantenga la Biblia abierta: No sólo nos ayuda a seguir mejor el sermón, o tomar notas –como es mi caso- sino que también nos ayuda a actuar como los bereanos. Nosotros necesitamos verificar que lo que el predicador está diciendo está de acuerdo con la enseñanza de la Biblia. Y tener nuestra Biblia abierta nos permite hacer justamente eso.
7. Expóngase a la predicación cada semana: La predicación no fue diseñada por Dios para edificarnos instantáneamente. Dios trabaja en nosotros por medio de Su palabra progresivamente. Y si queremos que esto ocurra debemos estar expuestos a la predicación semana tras semana, mes tras mes, año tras año. Sólo este tipo de exposición a la palabra de Dios tendrá efectos duraderos en nuestras vidas.
Si usted no acostumbra a reunirse con la iglesia a escuchar la predicación, se está perdiendo de aquello que Dios está usando aquí para edificar a Su pueblo. Y eso no es estimar su vida espiritual.
8. Enséñele a sus hijos la importancia de escuchar la Palabra de Dios: Y esto lo hacemos los padres no sólo en la manera en que nos preparamos el día anterior frente a nuestros hijos, sino que también el mismo domingo cuando nos preparamos temprano, nos alistamos, y cuando venimos a la iglesia. Les recordamos a nuestros hijos que hemos venido a escuchar a Dios hablar, que debemos tener reverencia, respeto, hacer silencio, etc.
Poco a poco ellos van a ir viendo, conforme vean esa actitud en nosotros, de lo importante que es escuchar la predicación. Nuestros hijos deben estar junto a sus padres escuchando la Palabra de Dios predicada. Este será el medio que Dios usará si los va a salvar. No permitir que nuestros hijos se expongan a la predicación es hacerles un gran daño.
Los que somos padres de hijos pequeños sabemos lo difícil que esto es. Pero, téngales paciencia, enséñelos y ore por ellos para que Dios les ayude a escuchar aquello que necesitan tanto.
Muy bueno
Excelente articulo Eduardo, nos falta tanta reverencia con las cosas de DIOS. Estaré compartiendo esto con mis hermanos en la Iglesia para que meditemos en estos puntos y los pongamos en práctica.
Bendiciones.