Quién es Suficiente?
El día de hoy, Día del Señor, quiero traer una meditación acerca de la labor que tenemos todos los creyentes, y especialmente aquellos que son ministros del evangelio, de predicar la Palabra de Dios como nos ha sido entregada. Y para ello quiero llevarlos a 2 Corintios 2. Al final del capítulo, Pablo escribe a los Corintios algo muy interesante,
14 Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? 17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.”
Quiero que noten lo que Pablo dice en el versículo 16, “Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” A que cosas se está refiriendo el apóstol? En el versículo 14 el apóstol afirma que Dios manifiesta Su conocimiento a todo el mundo mediante hombres, entre los cuales está Pablo. Cuál conocimiento? El conocimiento de Dios como Él lo ha revelado en Su Palabra. Cómo manifestaba Pablo el conocimiento de Dios? Predicando la Biblia.
Ahora, Pablo dice que aquellos que predican Su palabra son olor grato para Dios. Porqué olor grato? Porque perteneciéndole a Cristo Pablo se dedicaba a manifestar ese conocimiento de Dios a todos los hombres. Muchos de estos hombres rechazarían el mensaje, esto sería para su propia condenación, pero muchos lo aceptarían y así obtendrían la vida eterna.
Entonces, cuando Pablo pregunta acerca de quien será suficiente para estas cosas, lo que pregunta es quien será suficiente para predicar el evangelio de esa forma. Ahora, la pregunta que sigue es: cuál forma es esta a la que se refiere Pablo? Y el apóstol la responde en el versículo 17, “Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.”
Quiénes son suficientes para llevar este mensaje? Noten que Pablo hace el contraste con aquellos que no han sido capacitados para tal labor. Estos últimos lo hacen de una forma equivocada. Cómo? Pablo dice, “Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios.” La palabra utilizada por Pablo, y que se traduce en castellano como falsificando, en griego koine es καπηλεύω (kapeleuo). Esta palabra se traduce literalmente según el Diccionario de Lenguas Bíblicas con Dominios Semánticos como “corromper, adulterar, o mercadear.”
Según Marvin Vincent esta palabra era utilizada en la antigüedad para describir a aquellos mercaderes que adulteraban los vinos nuevos mezclandolos para hacerlos pasar por vinos viejos y poder hacer sus ganancias deshonestas. A. T. Robertson también provee otro uso que le era dado a ese término, y escribe que era usado para describir la práctica de muchos mercaderes de colocar los mejores frutos en la parte superior de la canasta, queriendo engañar a los compradores para que pensaran que toda la canasta contenía excelentes frutos, y así poder deshacerse de los frutos malos.
Pablo, entonces se refiere a aquellos hombres que mercadean con la Palabra de Dios, adulterándola para sus propias ganancias. Estos hombres, dice Pablo, no son suficientes. Suficientes? La palabra que utiliza el apóstol es ἱκανός (hikanos) que quiere decir “suficiente en habilidad, capaz, calificado.” Quién está calificado? Y para el apóstol, los que adulteran la Biblia no lo están. Los ministros de Dios, y todo aquel que predique la Palabra debe hacerlo sin adulterarla. Porqué? Porque es la Palabra de Dios, Su revelación para los hombres. Es el medio que Dios ha dispuesto para que las almas lleguen al concimiento Suyo (Romanos 10: 1-15). Esto fue lo que hizo Pablo, y esto es lo que debemos hacer nosotros. Esto era tan importante para él que es una de las comisiones que le da a Timoteo. En su segunda carta pastoral al joven le escribe,
1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” 2 Timoteo 4: 1-2
Ahora, quienes son aquellos que están capacitados para hacerlo? Pablo enumera varias características de aquellos que son verdaderamente suficientes:
1. Son aquellos que lo hacen con sinceridad: La palabra εἰλικρίνει (eilikrineia) quiere decir “sinceridad o pureza.” Los verdaderos ministros son aquellos que predican la palabra de Dios de manera diferente a los otros, es decir, son aquellos que la predican sin adulterarla, pura y sin mancha. En su predicación no hay pensamientos ni sabiduría humana, sino la simple y llana verdad que Dios nos ha revelado.
2. Son aquellos que lo hacen sabiendo que son comisionados por Dios: Los verdaderos predicadores de la Palabra son aquellos que saben que han sido capacitados y enviados por Dios a todo el mundo con la misión de predicar Su palabra. Reconocen que son embajadores. El mensaje no es de ellos, sino que llevan el mensaje de Su Rey para exponerlo al mundo entero.
3. Son aquellos que saben que cuando predican la Palabra lo están haciendo delante de la presencia del Señor: No hay nada que pueda traer más temor al alma de un hombre que está predicando la Palabra, que el conocimiento de que lo hace delante de Dios. El hombre que sabe esto teme, porque sabe que si predica lo que Dios no ha dicho, estaría actuando como los falsos profetas del pasado. Y de estos profetas Dios dijo a través de Jeremías,
15 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. 16 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. 17 Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. 18 Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? 19 He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. 20 No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente. 21 No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. 22 Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. 23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? 25 Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. 26 ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? 27 ¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? 28 El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. 29 ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? 30 Por tanto, he aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan mis palabras cada uno de su más cercano. 31 Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho. 32 He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.” Jeremías 23: 15-32
4. Son aquellos que hablan bajo la autoridad de Cristo o en el nombre de Cristo: Los verdaderos predicadores son aquellos que saben que son esclavos de Cristo. Son los que saben que fueron comprados con Su sangre; redimidos para ser suyos. Y es en la autoridad de Cristo, quien fue quien los comisionó, en quien predican el verdadero evangelio a todas las naciones.
Qué diferente lo que ocurre hoy en día! Encendemos el televisor y lo que más fácilmente se encuentra son mercaderes del evangelio. Son hombres que viven adulterando la Palabra de Dios con el fin de engordar sus bolsillos. Son aquellos que predican con la intención de llenar sus vientres. No lo hacen para glorificar a Dios, ni para que el conocimiento del Dios glorioso sea recibido por el mundo, sino que predican cosas que Dios no habló queriendo engañar a los hombres y así obtener ganancias. Y así como lo hacían los mercaderes del pasado, estos hombres buscan esas mismas ganancias deshonestas.
Cómo adulteran el evangelio? Tan simple como dejando la enseñanza del pecado fuera de sus sermones; o dejando de enseñar acerca de la Justicia divina; o dejando de enseñar sobre la justificación por medio de la fe; o dejando de enseñar a Cristo como el único camino para llegar a Dios, etc. No se trata de que tengan que agregarle algo al evangelio, como lo hicieron los judaizantes en la antigüedad, o como lo hace el Vaticano hoy en día, sino que se puede adulterar la Palabra de Dios al dejar de enseñar todo el consejo de Dios.
Qué Dios en Su misericordia proteja este Día de reposo a todos los ministros que Él mismo ha capacitado y dispuesto para llevar Su evangelio a todo el mundo! Qué teman todos los hombres que se paren frente a un púlpito! Cristo viene pronto!
sujetosalaroca.org
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