Lo que le Faltaba a Adán
Este es una excelente entrada de Tony Reinke, quien es el administrador de uno de mis blogs favoritos. En esta entrada Reinke reflexiona acerca de algo de lo que carecía Adán. El autor escribe,
“Antes de que el pecado se deslizara silenciosamente a través de la puerta abierta, el Jardín del Edén era perfecto. Adán tenía su propia vida impecable, un jardín sin mancha, y la responsabilidad para someter y cultivar su espacioso, y bien irrigado, escenario rural.
Adán poseía mucho. Tenía un gran trabajo. Gozaba de un matrimonio perfecto. Tenía paz con toda la creación- sin tornados, sin sequías, sin contaminación, sin muerte, sin enfermedad, sin lágrimas. Entonces qué podría faltar?
Desde el principio, la pureza del jardín, la paz entre los animales, su relación con su esposa-aún la propia vida de Adán-estaban condicionadas, condicionadas a su fidelidad a la voluntad de Dios. La voluntad de Dios no era demandante, o sí? Ahí, para el disfrute de la pareja estaba un pequeño bosque de árboles frutales, que producían máqs fruto que lo que podía probablemente ser consumido. Sólo un árbol era prohibido y nada en esta única condición disminuía el gozo en ninguna forma.
Pero esta condición representa algo grande debido a que apunta a la única cosa que Adán no poseía en el Jardín del Edén-certeza.
La condición significaba que el matrimonio de Adán era delicado, el clima del jardín perfecto era un clima frágil, el futuro de Adán en el jardín era incierto, y hasta la duración de su ahora perfecto y potenciaqlmente eterno cuerpo era cuestionable. Cada pieza de su situación podría quebrarse por una únicaq decisión divergente de la voluntad de Dios. Y sabemos que en por un único bocado esta fragilidad entró en el jardín para robarse la inocencia. Mientras la mandíbula de un hombre perfecto mascaba el fruto que representaba la desobediencia humana, el pecado clavó la daga en el mundo idílico del hombre, y la creación cayó en un caos de dolor, el inicio de dolores del desorden que es la matriz en la que vivimos y respiramos.
Pero, he aquí el hecho sorprendente.
Lo que distingue al Adán pre-caída en el jardín perfecto de mí, un pecador post-caída redimido por la sangre de Cristo, es tan amplio como la distinción entre la incertidumbre y la certeza. Certeza es el regalo de Dios que da a Sus hijos en Cristo. Cierto, carecemos del paraíso ahora, pero no carecemos de la certeza. Aquellos que han puesto su fe en Cristo están seguros y tienen la certeza del poder protectos de Cristo, inmunes a todas las amenazas enla vida que nunca podrán movernos de la vida eterna con nuestro Padre (cf. Juan 10: 22-30, Rom 8: 38-39).
Cómo puede ser esto? Cómo puede un hombre sin pecado vivir con una incertidumbre temporal y un hombre pecador vivir con certeza eterna? Simple. Cristo es nuestra obediencia. Era nuestra incertidumbre la que fue puesta a prueba en las tentaciones en el desierto, estaba nuestra certeza a prueba cuando Cristo fue tentado en cada manera a través de su vida de 33 años. Fue en cada momento, en cada pensamiento, obra, y deseo que nuestra certeza fue probada. Cristo no tenía pecado. Era el perfecto Salvador! Y Él podía decir las palabras que Adán jamás pudo- Consumado es.
Y debido a que estamos unidos a Cristo, porque Él vivió sin pecado, porque vivió una vida bajo la ley a la perfección, Él se convierte en nuestra certeza. La vida perfecta y muerte de Cristo representa el cumplimiento de una vida perfecta-no acciones pecaminosas, no pensamientos pecaminosos, no decisiones pecaminosas. Una vez completada, una vida de perfección trae consigo perfecta certeza.
Cualesquiera que sean los sueños espectaculares que tenemos de Edén-y ciertamente fue un paraíso más allá de cualquier cosa que podríamos experimentar en esta vida- nosotros poseemos en el evangelio algo extraño a la experiencia de Adán pre-caída. Agradezcamos a nuestro Salvador por este precioso regalo de certeza eterna, la única cosa que inclusive un jardín sin pecado y perfecto no podía prometer.”
sujetosalaroca.org
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muy buena entrada!
Saludos
Armando
“…de cualquier cosa que podríamos experimentar en esta vida- nosotros poseemos en el evangelio algo extraño a la experiencia de Adán pre-caída.”
Bendiciones. Observando y leyendo bien el comentario me pareció bien poetico, pero a la vez profundo. El evangelio, desde la perspectiva del autor hacia Adan era que a Adan le parecía algo extraño porque no conocía, no tenía ni el mínimo conocimiento de lo que sucedería en el futuro, es decir, de la existencia de Cristo. No nos parece a nosotros algo extraño, porque de ser así no hubiera primero esa iniciativa de Dios hacia nosotros. Recordemos que la “certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve” fuera incierto y desconocidos para nosotros si el medio o el canal para alcanzarnos fuera “lo extraño” no hubiera esa “fe” que nos lleva a Cristo.
Bello comentario poético, diría pero a la vez profundo. Un contraste enorme entre Adan y Cristo, lo que Adan no estuvo supuesto a creer más allá y lo que sí Cristo pudo hacer por nosotros más allá. Su amor inexplicable es algo extraño para nosotros, principalmente cuando nos abrió el entendimiento para poder creer y estar seguro de lo que creemos y vivimos en Cristo Jesús. Amén.