Romanos 8: 28-32
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Romanos 8:28-32
Primero, el verso 28 es una de las promesas para los hijos de Dios. Y corresponde a todo lo que hemos venido analizando: Dios todo lo que hace en nuestras vidas, lo hace para bien. Pero eso no es para todos. Es decir, Dios no actúa para bien en la vida de todas las personas. Y, cómo sabemos si esa promesa es para nosotros? Primero, que amemos a Dios y segundo, que debemos ser llamados de acuerdo a su voluntad. Si alguien no ama a Dios, esta promesa no es válida en su vida. Si alguien no es llamado por Dios, entonces no tiene derecho a esa promesa.
Cual es la promesa para aquellos que no aman a Dios y no son llamados de acuerdo a Su voluntad? Veamos,
“Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios.” Romanos 2: 5
Todas las cosas que esa persona, que no ama a Dios, experimenta diariamente, y por las cuales no agradece a Dios, y no le da la gloria a Dios como debe, no serán para su bien, sino que lo condenarán algún día. Podrá ser pobre o millonario, pero si no ama a Dios y no ha sido llamado, todas sus experiencias lo llevarán al infierno.
Además debemos recalcar que Pablo no intenta decirnos en Romanos 8 que nosotros debemos amar a Dios cuando estamos bien, y alejarnos de Dios cuando nos ocurren cosas malas. Los que han sido llamados según la voluntad de Dios, le aman en las buenas y en las malas. Porqué? Porque es el poder de Dios el que nos trajo de la oscuridad a la luz, del poder del diablo al poder divino, de la rebelión contra Dios a amar a Dios. Todo por el poder de su gracia con la que fuimos llamados (Romanos 1:5). Por supuesto que durante nuestra vida vamos a tener flaquezas, pero la clave es el amor hacia Dios que está en nuestros corazones, que nos fue dado por el Espíritu Santo.
Todos aquellos que aman a Dios y por los cuales el Espíritu Santo testifica que han sido llamados y adoptados como hijos de Dios (Romanos 8:16), todo lo que suceda en sus vidas, será para bien.
Qué significa amar a Dios? No significa llenar sus expectativas, ya que Dios no necesita de ninguno de nostros. Dios no puede ser ayudado o mejorado por nada ni nadie. Dios es la fuente de Perfección. No tiene defectos ni dficiencias. La esencia de alegría y gozo es Él.
Tampoco es amarlo por sus dones o regalos como perdón, justificación, no ir al infierno, etc. Si amamos a Dios vamos a atesorar esos regalos por el simple hecho de que sin ellos no tendríamos a Dios.
Amar a Dios es desearlo como el UNICO y más valioso tesoro en nuestra vida. Satisfacernos en Él. Amar a Dios es obedecer sus mandamientos. Y esa obediencia viene debido a que sabemos que sus ordenanzas son perfectas, justas y buenas para nosotros. Un ejemplo muy interesante lo vemos cuando Jesús le pregunta a Pedro: “me amas?” Y Pedro le responde: “Sí, Señor, tú sabes que te amo.” (Juan 21:15-17). Esto lo hace Jesús en tres ocasiones. Cuando Pedro le responde que sí, Cristo no le dice: “Bueno eso quiere decir que estás cumpliendo mis mandamientos.” No, por el contrario, Cristo le hace ver a Pedro, que si le ama, DEBE cumplir sus mandatos. Y esto lo repite Cristo en Juan 14:15.
Aquí es donde caen muchas personas. Creen que deben amar a Dios por sus bendiciones. Es decir, aman a Dios cuando me trata bien. Su respuesta a Dios depende de los regalos que reciben. Algo que he aprendido de la Biblia, es que debido a nuestra depravación, y debido a que hemos sido destituídos de la gloria de Dios (Romanos 3:23), no merecemos ningún reglo de Dios. Todo lo que recibimos, mientras estamos en rebelión contra Dios, son “misericordias”. Porqué? Porque el hecho de que a cada segundo de nuestras vidas, estemos en rebelión contra Dios, no aceptando Su poder y deidad; no reconociendo que Él es el ser supremo del Universo; el Creador de todas las cosas; y aún así, Él permita que nos levantemos cada mañana, tengamos un trabajo, tengamos alimento, etc. Todas esas cosas son misericordias de Dios. Lo que merecemos de Dios es que nos destruya con un chasquido de Sus dedos. Pero eso es lo que veremos en el próximo capítulo cuando dice:
“Y qué si queriendo moostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción” Romanos 9:22
Los que son llamados a amar a Dios, le aman cuando reciben sus bendiciones y cuando reciben sus sufrimientos, pues saben que todo viene para que la gloria de Cristo sea magnificada en nuestras vidas. Aquellos que piensan que la vida del cristianos es una vida de paz y serenidad, es porque no leen la Biblia. La vida del cristiano es una constante batalla. Esas personas son las que son engañadas con doctrinas de prosperidad económica y de salud. Si Cristo sufrió, debemos tener claro que nosotros vamos a sufrir igualmente. Quizás nos tanto como sufrió Cristo, pero va a ser un hecho. Y eso es algo que el diablo ha venido metiendo en le iglesia desde hace muchos años, para que los cristianos crean que están en tiempos de paz y descuiden sus almas.
Cuál es la escapatoria de esa trampa? Mirar siempre a Aquel que trae la promesa de redención antes que la misma promesa. Desear a Dios antes que a sus regalos. Si atesoramos a Dios de esa manera, entonces las promesas de Dios son nuestras, pues confirmamos que hemos sido llamados.
Pero si preferimos ver televisión, ir al cine, satisfacer nuestros estómagos, etc, antes que disfrutar amando a Dios, debemos saber que atesoramos ira para nuestra vida. Si están leyendo este documento, y sienten un poco de temor a Dios, les sugiero orar las palabras que se encuentran en el libro de Deuteronomio 30:6, y pedirle a Dios que circuncide su corazón (que lo cambie). Pidanle que tenga misericordia de ustedes y les permita amarlo. Esa es la única salida para escapar de Su ira.
Pero ahora veamos el verso 31: “Si Dios es por nosotros, quién contra nosotros?” Debemos tener mucho ciudado cuando analizamos este pasaje, por lo que viene luego en el verso 36. Debemos saber lo que quiere decir Pablo con este verso. Jesús dijo:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.” Mateo 16:24-25
“Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será ocasión para dar testimonio. Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa; porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan. Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.” Lucas 21: 12-18
Para entender este texto debemos ver que los versos anteriores son dolorosos, pues nos aclaran que nuestra vida va a estar llena de sufrimientos y persecuciones. Pero Pablo lo que quiere hacer acá es darnos un poco de esperanza. Quiere que sepamos que a pesar de que van a haber muchos enemigos, adversarios, sufrimientos, penas, amarguras, obstáculos, miserias, etc, en todo esto somos más que vencedores porque tenemos el amor de Dios, el soberano del universo. Nada podrá vencernos. El único propósito del diablo es desmoralizarnos en nuestras penas, para intentar destruír nuestras almas. Pero ahora sabems que todos esos sufrimientos vienen de Dios para hacernos fuertes y hacer que la gloria de Cristo sea desplegada en esas miserias. Por lo tanto, seguros de que hemos sido llamados por el Todopoderoso, nada podrá arrancarnos de la mano de Cristo (Juan 10:28-29). Seremos salvos (Romanos 8:29), pues Dios estará siempre de nuestro lado. Eso es lo que Pablo quiere que sepamos. Esa es la esperanza que recibimos de la mano de Pablo.
Existen ejemplos en el Antiguo Testamento:
1. José (Génesis 39-50) quién antes de morir le dice al pueblo de Israel: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” Génesis 50:20. Ese es un pasaje paralelo a Romanos 8:31.
Dios no observa como se desarrollan los malos eventos en nuestras vidas, sin ningún propósito, y luego del mal hace que suceda el bien. No, de la vida de José vemos que Dios planeó el mal que hicieron los hermanos de José fuera al final bien para José y para la nación de Israel. Cómo sabemos esto? Por las palabras de José cuando dice: “Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación”. Las palabras claves son “me envió”. Ahí vemos que Dios planeó lo que le ocurrió a José para proteger a Jacob y su familia y cumplir la promesa de hacerlo una gran nación. En ese momento entran a Egipto 70 personas (Génesis 46:27), y 430 años después salen con Moisés meas de 2, 500,000 personas, contando niños y mujeres (Exodo 12:37;38:26). Dios diseñó al pueblo de Egipto como la tierra que protegería a Israel de otros pueblos, para que creciera durante más de 400 años, con el fin de cumplir Su promesa. Fue por ello que envió a José de la manera en que lo envió, siendo traicionado por sus hermanos. Esto nos da esperanza? Espero que sí.
2. Otro ejemplo es la vida de Jesús. A pesar de que la crucificción de Jesús ocurrió por los pecados de Herodes, Pilato, los gentiles y los judíos, todo ocurrió por el diseño de Dios. Ellos lo pensaron para mal, pero Dios lo hizo para bien.
“Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu Santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.” Hechos 4: 27-28
3. Job: Cosas terribles sucedieron en la vida de Job. Perdió su riqueza, su salud, sus hijos y en todos ellos nunca dijo que Dios no estuviera involucrado en ello, a pesar de que todo había sido hecho de mano de Satanás. El autor del libro de Job deja claro que Dios no solo le hizo todo eso a Job, pero que además ese había sido Su propósito. Porqué Dios haría esas cosas? Veamos el libro de Santiago,
“He aquí tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.” Santiago 5: 11
Todo el propósito de Dios es el bien de Sus hijos.
4. Ester: Ella era una mujer bella, joven, judía, que fue dada como parte del harén de un rey pagano. Porqué Dios permitió eso? Bueno en ese tiempo los judíos estaban a punto de ser masacrados por un hombra malavado llamado Amán. Pero entonces Ester, intercede ante el rey para que salve a Israel de la muerte, y el rey entonces cuelga a Amán. Dios llevó a Ester a ese reinó, humillandola, para salvar a Su pueblo. Dios trabaja todo para el bien de Sus hijos.
Vemos como Dios es la clave en nuestro llamado. No nosotros. Dios es el que trabaja para mantener la promesa, porque nosotros somos débiles y si dependiera de nosotros, la promesa no sería una realidad.
Todas las cosas serán para el bien de los llamados por el simple hecho de que han sido predestinados para eso (verso 29). La predestinación estea antes del llamado. Vemos ahí un propósito de Dios. Dios nos prdestinó para ser como Jesús. Cómo? Vemos la respuesta en el verso 30: “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” Es decir, cuando Dios predestina algo, eso ocurre, y Él obtiene toda la gloria.
El llamado de Dios es el poder soberano de Dios para traernos de la muerte espiritual a la fe en Cristo y al amor hacia Dios. El llamado de Dios es la palabra omnipotente de Dios, para darnos vida, al igual que Jesús cuando le dijo a Lázaro: “Lázaro, ven fuera!” Juan 11:43. Ese llamado creó la vida en Lázaro que estaba muerto, y creó la vida en nosotros que estabamos muertos espiritualmente.
Y cual es ese llamado que da vida? Lo vemos en Primera de Corintios:
“Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.” 1 Corintios 1: 22-24
Para los llamados, la noticia de Cristo crucificado ya no es locura, como lo era antes mientras eran hombres naturales (1 Corintios 2: 14). Para los llamados por Dios, Cristo crucificado es vida, es poder, y es sabiduría. El llamado de Dios viene a través de las buenas noticias, a través del evangelio de Cristo. El evangelio hace que los que se encontraban muertos, vivan. Hace que para los que tienen corazones rebeldes contra Dios, atesoren a Cristo como algo irresistible. A través del evangelio es como Dios despierta a aquellos que ha predestinado.
Y que obtienen lo que han sido llamados? Glorificación. Vivir eternamente en la presencia de Dios. Y en esta clase no hay desertores. Lo podemos ver claramente por el verso 30. Los que Dios predestinó, los llamó y a esos los justificó y al final los glorificó. No hay forma de que alguién que Dios ha predestinado pueda perderse, ya que es Dios, a través del Espíritu Santo quien nos transforma y nos hace amarle. Si dependiera de nosotros, indiscutiblemente fallaríamos todos, pero gracias a Dios NO depende de nosotros (2 Timoteo 1: 9, Judas 1:1; 1 Corintios 1:8; 1 Tesalonicenses 5: 23-24).


El blog es de mucha bendición para mi vida, que Dios te siga usando en este medio…
Bendiciones