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Romanos 4: 13-25

August 29, 2007

Versículos 13-15:

 

“Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.” Romanos 4: 13-15

 

Estos versos enseñan lo que toda la Biblia enseña, es decir que existen dos posibles futuros enfrente de cada uno de nosotros. Uno, nos lleva a heredar el mundo; otro, heredar la ira de Dios. Vemos que la fe nos lleva a heredar el mundo (verso 13), pero la ley nos trae ira (verso 15).

 

De este pasaje debemos analizar tres cosas:

 

1. Porqué la ley no hará que heredemos el mundo?

 

Cuando Pablo habla de la ley, no se está refiriendo al Antiguo Testamento, debido a que está contrastando el seguir la ley de Dios con el pasaje de Génesis 15:6, donde aún no se había dado la ley. Por lo tanto en la mente de Pablo está la ley Mosaica, y lo digo por lo que dice en Gálatas 3:17:

 

“Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo [con Abraham], la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.”

 

El pacto con Abraham se dio, sin que pudiera ser anulado por la ley que le fue dada a Moisés en el Monte Sinaí 430 años después de Abraham. Pero Dios a Moisés le dio muchas leyes estando en el Sinaí, que según los judíos son aproximadamente 613 leyes. Pero, Pablo, se refiere a los mandamientos dados en Exodo 20. Cómo sé esto? Por lo que dice en Efesios 2: 15:

 

aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz”

 

Esto es nada más y nada menos que los diez mandamientos. Es decir, Pablo quiere que veamos que la ley ordena tener un cierto comportamiento, y el desobedecer inclusive una sola de estas ordenes, trae la ira de Dios. Comprobamos esto por lo que se nos dice en la epístola de Santiago:

 

Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.” Santiago 2: 10

 

Por ello es que en Romanos 4: 15 dice: “pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.” Cuartrocientos años antes de que se diera la ley, los pecados podían pasar desapercibidos, ya que no había un mandato específico a obedecer, a pesar de que la ley esta escrita en los corazones de todos los hombres. Pero una vez que Dios ordena Su ley, no solo se hace evidente el pecado, sino que es magnificado, ya que toda transgresión de la ley es una transgresión en contra de Dios ( Romanos 3:20; Romanos 7:12-13; Romanos 5:20). La ley se hizo para que vieramos que tan malvados somos. Ese es todo el punto de dar la Ley por escrito, a pesar de que estaba escrita en nuestros corazones.

 

Entonces, si estamos tratando de estar bien con Dios, y heredar el mundo, siguiendo sus mandamientos, lo único que estamos heredando es ira, ya que ninguno de nosotros puede cumplir a la perfección la ley. Y si pensamos lo contrario, los reto a que se hagan un pequeño examen acerca de si han cumplido la totalidad de los 10 mandamientos.

 

2. Porqué la herencia del mundo viene como resultado de haber sido justificados por la fe?

 

Alguien podría preguntar: Pero las obras son necesarias para estar bien con Dios. Abraham no ofreció a Isaac como sacrificio, obedeciendo a Dios? Bueno, la respuesta está en que Abraham fue hallado justo por Dios en Génesis 15:6, es decir, fue en ese momento cuando Abraham recibió el regalo de la fe porque halló gracia ante los ojos de Dios. El sacrificio de Isaac se dio en Génesis 22, en obediencia a la fe que le había sido otorgada por Dios. O sea, la justificación vino por la fe y no por las obras de Abraham. La fe fue lo que le hizo heredar todas las promesas de Dios.

 

La obediencia, entonces, es el fruto de la fe y la justificación dadas por Dios a una persona. La obediencia a los mandatos de Dios ocurre no por nosotros mismos, sino por el Espíritu Santo que está en nosotros cuando hemos sido justificados, para que hagamos las buenas obras que Dios “ha preparado de antemano para que anduviésemos en ellas” Efesios 2:10. Como dijimos antes, a esto se le llama “santificación”.

 

3. Qué tan grande es lo que vamos a heredar y porqué debemos desear esa promesa?

 

De acuerdo a Romanos 4:11 y Romanos 9:8, aquellos a los cuales les ha sido dada la fe, son descendientes de Abraham y es a nosotros a los que les es dada esa promesa de heredar el mundo. La meta de esas promesas es saber que vamos a estar con Dios, y esa debería ser nuestra mentalidad. Saber que a pesar de que no lo merecemos, por haber estado en rebelión contra Dios, Él envió a su Hijo para reconciliarnos con Él, y para que Dios fuera el tesoro más grande en nuestro corazón.

 

Versículos 16-21:

 

“Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido” Romanos 4: 16-21

 

En este pasaje vemos dos cosas muy importantes acerca de cómo, la gracia, garantiza que recibamos la promesa:

 

1. Remueve nuestros pecados. Dios viene a nosotros mientras somos pecadores, remueve la culpa y nos cuenta como justos por lo que hizo Cristo (Romanos 4:5; Romanos 3:24). Esto es gracia, haber sido justificados gratuitamente, sin que lo hubieramos merecido.

 

2. “Da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen” (Romanos 4: 17). Pablo está pensando en el nacimiento de Isaac que ocurrió cuando Abraham tenía 100 años y Sara, su esposa, casi 90, y además estéril. El nacimiento de Isaac (“el hijo de la promesa”) es una metáfora de cómo nosotros nos convertimos en cristianos. Nosotros estabamos muertos en nuestros pecados (Efesios 2:1) y no podíamos buscar a Dios. Requirió de un poder sobrenatural de Dios el que obtuvieramos una vida espiritual estando muertos. Ningun muerto puede resucitarse, a no ser por un poder divino. Ese poder es la gracia de Dios, y la forma en que obtenemos una nueva vida espiritual es a través de la fe. Es por eso que la gracia de Dios garantiza todas las promesas.

 

Además vemos en este pasaje de la epístola, que la fe es el medio que fue impuesto por Dios para ser justificados, porque es el único medio por el que Dios recibe toda la gloria. Declara a Dios como honrado, fiel, poderoso y sobre todo amoroso. Veamos el verso 20:

 

“Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.”

 

El dar gloria a Dios no significa que estemos aumentando Su gloria. Dios es infinitamente glorioso. Dios no necesita que ningún hombre le dé lo que Él ya tiene. Simplemente significa que se nos abren los ojos a Su gloria y la podemos ver por lo que es: Su Majestuosidad y el destello de todas Sus Perfecciones y Excelencias (Salmos 19:1; Romanos 11:36; Habacuc 2:14; Números 14:21).

 

Pero, porqué la fe sirve para darle gloria a Dios? Una pregunta muy importante ya que cada uno de nosotros está hecho justo para eso. Pero el problema es que la humanidad ha decidido desechar a Dios e intercambiar Su gloria por otras cosas (Romanos 1: 23). Hemos decidido desechar a Dios de nuestras vidas. Hemos olvidad que el propósito de toda la creación, como dijimos en el análisis de los capítulos anteriores, es que la gloria de Dios sea alabada (Efesios 1: 5-6).

 

La fe, entonces, da gloria a Dios, porque aceptamos que Dios es infinitamente poderoso para hacer posible lo imposible. Así como dio vida a partir de dos cuerpos muertos (Abraham viejo y Sara estéril), así mismo da vida a nosotros que estabamos muertos en nuestros pecados. Esa fe que nos fue dada únicamente magnifica la gloria de Dios. Fue por eso que Él planeó que fuera solamente a través de la fe la manera en que podíamos ser justificados.

 

Y no solo está la fe orientada hacia nuestro presente espiritual, sino que también a nuestro futuro. Veamos el pasaje de Génesis 13. Aquí Abraham, quién salió de la tierra de su padre hacia la tierra prometida por Dios, junto a su sobrino Lot, sabiendo que son muchos los animales que tenían, le dice a Lot que es mejor separarse, y le dice a Lot que escoja la parte de la tierra que desea. A un lado estaba el valle del Jordán, con sus planicies y verdura, y donde estaban Sodoma y Gomorra también. Abraham puso su fe en Dios, sabiendo que sería Él quien proveería lo mejor para Abraham. Lot escogió primero, y vemos después que pagó muy caro guiarse por las apariencias. Pero como sabemos que Dios “no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” (1 Samuel 16: 7), y vemos que entonces Dios le dice a Abraham:

 

Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.” Génesis 13: 14-15

 

El confió en Dios y la dejó ir, pero Dios se la prometió. Es lo mismo que nos dice Jesús:

 

De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evagelio, que no reciba cien veces meas ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.” Marcos 10: 29-30

 

Versículos 22-25:

 

por lo cual también su fe le fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” Romanos 4:22-25

 

Qué quiere decir “les fue contada por justicia”? La podemos ver en los versos 3, 5, 9 y 22. Querrá decir que la justicia es algo que podemos realizar nosotros mismos y entonces Dios la cuenta como parte de nuestra justificación? Será como si yo tuviera una condena de 10 millones de dólares y puedo reunir 1 millón de dólares, entonces Dios me cuenta el millón que pude reunir como mi mérito y cancela el resto de la deuda?

 

Si pensamos eso cuando leemos estos pasajes, estaríamos diciendo que la justificación sería que Dios reconoce en nosotros una justicia y que la toma como meritoria para cancelar nuestros pecados. Y como hemos visto, esto no es cierto, ya que ningún hombre es justo, “todos pecaron y están destituídos de la gloria de Dios” (Romanos 3: 23).

 

Un error que podemos cometer es pensar que la fe es lo que Dios reconoce como nuestra justicia, y eso no es lo que significa. Por ese mismo motivo es que Pablo desarrolla el tema de la justificacion por medio de la fe en un capítulo, ya que considera que es sumamente importante.

 

Cuando decimos que la fe nos es contada por justicia, en realidad lo que debemos entender es que la fe hace que la justicia sea imputada. Imputar es diferente que impartir. Dios imputa justicia, pero imparte dones espirituales. Imputación significa que Dios hace un trabajo fuera de nosotros, pero impartir quiere decir que Dios hace un trabajo dentro de nosotros.

 

La imputación es un término legal, que significa atribuirle un hecho a alguien. Es decir, Pablo nos dice que Dios le atribuye la justicia de Cristo a nosotros, en respuesta a la fe que vino de la gracia de Dios. Entonces, en estos versos no debemos entender que la fe es contada como nuestra justicia, sino que la perfecta obediencia de Cristo, fue atribuida a nosotros en respuesta a la fe. Quiere decir que la fe es lo que nos une a Cristo, y cuando Dios ve que alguien está unido a Cristo, entonces Dios vé la justicia de Cristo en esa persona (Romanos 3: 21-22; 2 Corintios 5: 21; 1 Corintios 1: 30).

 

Para Martín Lutero y John Bunyan el descubrir esta doctrina, les transformó la vida. Lutero dijo que era como entrar en el paraíso de paz con Dios, y Bunyan dijo es su libro Chief of Sinners, que había sido el fin de sus años de tortura espiritual e incertidumbre.

 

Lo maravilloso de la justificación por medio de la fe es gratis. No debemos hacer nada. Es un regalo de Dios. Repito, si alguno de nosotros siente ese llamado en el corazón, probablemente sea la gracia de Dios dándoles la fe. Lo único que debemos hacer es tomar esa oportunidad y veremos como el infinito poder de Dios transforma nuestra vida en algo espectacular.

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3 Comments leave one →
  1. September 24, 2008 11:26 am

    Hemos olvidado que el propósito de toda la creación, como dijimos en el análisis de los capítulos anteriores, es que la gloria de Dios sea alabada

    Cierto, eso lo deja bien claro Isaías 43:7:
    Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los críe, los formé y los hice.

    Hace poco le comenté precisamente esto -de que el mundo es Teocéntrico- a un blogger amigo y lanzó los más terribles insultos contra Dios al calificarlo de -y cito SUS palabras- “monstruo egocéntrico”.

    Hay mucha gente que todavía no entiende el concepto de Soberanía de Dios e imbuidos por el buenismo de las iglesias emergentes, creen que como el atributo más importante de Dios es el Amor, Él es incapaz de castigar al injusto, pasa por alto nuestras aberraciones, quiere que seamos felices en este mundo, nos concede todo lo que le pidamos con fe, etc…

    NO es eso lo que dicen las Escrituras.

    Por eso, cuando les sobreviene una época de sufrimiento, no recuerdan Romanos 8:28, se siienten desconcertados y no saben qué es lo que falla en su vida.

    No falla nada.

    Nada excepto saber cuál es su posición en el mundo y su interpretación bíblica.

  2. Eduardo permalink
    September 24, 2008 12:12 pm

    Renton,

    Pues ese es uno de los problemas mas graves que enfrentan los emergentes. No se te parecen a los gnosticos contra los que luchaba Juan, o Ireneo? Esos gnosticos que creian que el Dios del Antiguo Testamento era un monstruo, pero que el Dios del Nuevo Testamento era puro amor.

    Eso es una blasfemia, porque Dios no es mas amor que Justicia, ni mas amor que santidad. Dios es igual de Santo como lo es amor, y algo que deberia saber tu amigo blogger: Dios es igual de Amor como de Justicia. Si Dios no fuera Justo, no podría ser Amor, porque? Porque TODO lo que Dios hace lo hace por AMOR A SU NOMBRE. Si Dios permite que el pecado sea perdonado sin castigarlo, no seria Justo y por lo tanto no seria Amor.

    La Iglesia emergente es una secta, porqué? Porque tienen que desechar gran parte de a Biblia, tanto con respecto al caracter de Dios, como lo que ha dicho sera el castigo para los que se rebelan contra Su ley.

    Bendiciones!

  3. Fredy permalink
    June 20, 2017 9:12 pm

    GRACIAS Dios que por tu Gracia somos salvos

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