Matrimonio: No es para todos?
Esta es la última entrada de la serie acerca del matrimonio. Creo que hemos analizado un poco ciertas cosas que Dios nos dice acerca del mismo en la Biblia. Quiero, en esta entrada, analizar un poco una de las enseñanzas del Espíritu Santo a través de Pablo, en la epístola a los Corintios:
“Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.” 1 Corintios 7: 7
Hay múltiples pasajes en la mano de Pablo, que pareciera que es mejor estar soltero que estar casado. El verso anterior es uno de ellos, pero en la misma espístola, podemos encontrar otros versos como en 1 Corintios 7: 39-40. Qué es entonces lo que se nos quiere enseñar en estos versos? Recordemos que la Biblia es la palabra de Dios; es la revelación de lo que Dios quiere que sepamos acerca de Él. Sabiendo esto, podemos entender que el Señor es soberano por sobre todas las cosas; que Su voluntad es inquebrantable y que esa voluntad ha formulado un plan para Su creación, el cual nada ni nadie puede cambiar. Para entender eso, veamos primero lo que nos dice la Palabra en Romanos:
“O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?” Romanos 9: 21 “De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada…” Romanos 12: 6
El análisis de estos pasajes es importante porque nos hacen ver dos cosas muy importantes que tienen que ver con lo que se nos dice en 1 Corintios 7: 7. El primer pasaje sale de uno de los capítulos más importantes del Nuevo Testamento y que tiene que ver con la elección, pero con el pasaje de Romanos 9: 21 podemos entender la soberanía de Dios. Cuando comprendemos que Dios es soberano, y que Él hace con su creación como le place, podemos entender el pasaje de Romanos 12: 6 ó 1 Corintios 12: 4- 11. Un ejemplo: Si yo soy poseedor de 1000 dólares, los cuales quiero entregar a los pobres; porqué no puedo dividirlos como a mi me place? Pues es lo mismo con Dios. El Señor distribuye sus dones, sus talentos, etc, como a Él le place, con su infinita sabiduría. Entonces, el matrimonio no es para todos. Dios, como el creador, amo y señor de todas las cosas, ha repartido a unos el don de matrimonio, y a otros el don de la soltería. Ahora, veamos con que fin Dios da a alguien el don de la soltería:
“Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de como agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de como agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.” 1 Corintios 7: 32-34
Los solteros y solteras tienen ese don de Dios para el único fin que es servir a Dios con toda su mente, toda su alma y todo su cuerpo. Este pasaje no enseña que es malo estar casado, sino que Dios santifica a sus hijos de diferentes maneras. A unos nos santifica a través del matrimonio, pero a otros los santifica a través de la soltería. El don de la soltería tiene que ver con mantenerse puros para Dios, tanto hombres como mujeres. El don de la soltería tiene que ver con no distraerse con las cosas del mundo. Tiene que ver con mantener los ojos fijos día y noche en Aquel que es Soberano por sobre todo el universo. La soltería es un regalo de Dios que le es ofrecido a aquellos quienes Dios hizo especialmente para que le adorasen cada segundo de sus vidas. El matrimonio, esntonces, no es para todos. Pero para los solteros, la mejor recompensa es saber con todo su corazón que pueden amar a Dios, y obedecer sus mandamientos sin ninguna restricción. Esa es la recompensa para aquellos a quienes Dios escogió para que fuesen solteros. Aprovechen entonces todos los solteros con el regalo que les fue dado por Dios. Amén.

