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Las Parábolas de Jesús: Falsa Justificación

May 15, 2007

Falsa justificación? Con esto quiero relacionar a aquellas personas que creen que son mejores que otras. Desde el punto de vista del “mundo”, hay personas más malvadas que otras, o sea, que algunos mienten, otros roban y aún otros asesinan a otros seres humanos. Desde el punto de vista bíblico, TODOS y cada uno de nosotros es igual de malvado.Esta diferencia nace en la base de nuestro pecado. Cúal es nuestro pecado? Para responder a ésta pregunta debemos responder primero: Cúal fue la razón por la cuál Dios creó el universo? Esta pregunta ya la hemos analizado en entradas previas, pero es importante retomarlo brevemente para poder entender la parábola que estudiaremos el día de hoy.

Muchas personas cunado son enfrentadas a ésta pregunta responden cosas como: “Dios creó el universo pues se sentía solo”; ó dan respuestas aún más herejes como: “…para exaltar al hombre, para que el hombre reinara sobre la creación”. Estas respuestas son únicamente muestras de ignorancia bíblica. Porqué digo ésto? Veamos lo que dice la Biblia:

Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” Salmos 19: 1Bendito su nombre glorioso para siempre,
Y toda la tierra sea llena de su gloria.
Amén y Amén.” Salmos 72: 19

Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra,todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” Isaías 43: 6-7

Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” Romanos 11: 36

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” 1 Corintios 10: 31

diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.” Apocalipsis 7: 12

Como encontramos y leemos en Isaías 43, todas las cosas fueron creadas para mostrar la gloria de Dios. El pensar que Dios necesitaba de nosotros, o que fuimos creados para glorificarnos, no es más que una herejía. Dios nos hizo para que todos y cada uno de nosotros alabara por siempre su gloria. Entonces, cúal es nuestro pecado? Analizando estos pasajes, entendemos que nuestra falta de glorificarle y amarle (a Dios) por sobre todas las cosas es nuestro pecado. Como dijo John Piper en la conferencia ReFocus 2007 en Vancouver, Canada: “Nuestro pecado es amar la gloria de la creación por encima de la gloria de Dios.”Debido a ese pecado que tenemos todas las personas, es que la Biblia nos dice que no hay ni un solo justo, y que ninguno de nosotros desea en su corazón buscar a Dios (Romanos 3: 9-12). Dios nos dice que todos somos igual de pecadores y que tenemos algo en común además de ese pecado:

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” Romanos 3: 23

Ahora, teniendo esto muy presente vamos a leer la parábola de Lucas 18 y luego vamos a analizar algunos otros puntos importantes.

A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.” Lucas 18: 9-14

Cuántos de nosotros hemos pensado como el fariseo diciendo que no somos igual de pecadores que otras personas? Sinceramente diría que todos y cada uno de nosotros ha dicho o pensado eso en algún momento de sus vidas. Vemos en ésta parábola dos cosas importantes. Primero, el fariseo se creía mejor persona que el publicano. Y creía que era mejor porque cumplía con la Ley de Moisés. Segundo, el publicano se humillaba sabiendo que era un pecador.Muchas personas aún hoy día creen que la religiosidad les va a dar la salvación de Dios. Es decir, llendo a la iglesia, diezmando, siendo amigo del pastor, dándole a los pobres, etc. No estoy diciendo que estas cosas sean malas. Lo malo es hacer esto para quedarle bien a los hombres. Lo malo es hacer estas cosas sin antes haberse sometido a Dios de cuerpo y alma. Porqué? Porque muchas de esas personas religiosas, creyéndose justas, en sus hogares tienen una falta increíble de Dios. Son adúlteros, alcohólicos, pervertidos sexuales, etc.

Qué tenía malo el fariseo? El no ver su propio pecado. Creer que si hacía buenas obras iba a ser salvo. Este es el problema al que lleva la religiosidad. Lleva a pensar que con obras podemos ganar el cielo, cuando la Biblia enseña diferente. Inclusive, como dije antes, las buenas obras hechas por los hombres son imperfectas. Porqué? Pues porque su fin es la exaltación de la persona y no de Dios. Todo lo que hacemos debería hacerse para la gloria de Dios (1 Corintios 10: 31). Ese es nuestro pecado.

No quiero que piensen que estoy queriendo decir que no debemos diezmar, y que no debemos qyudar a los pobres. Por el contrario, ese es nuestro llamado. Pero antes debemos hacer como el publicano en esta historia. Qué hizo el publicano? Se humilló ante Dios, sabiendo que era un pecador y que no merecía el perdón de Dios. Supo que nada que él pudiera hacer podía hacer que Dios lo perdonara de sus pecados.

Porqué debemos acercarnos a Dios de ésta manera? Antes les pregunto lo siguiente: Porqué vino Cristo a la tierra? Cristo vino a la tierra a cumplir la voluntad de Dios. Cúal es la voluntad de Dios? Que debido a que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios, podamos ser justificados y salvos a través de la muerte de Cristo, quién es el Hijo de Dios, por el poder de la gracia de Dios.

Entonces, si nosotros tuvieramos la habilidad de buscar a Dios por sí mismos; de hacer cosas buenas; de dar a Dios la gloria que Él se merece en todo lo que hagamos; etc, no hubiera sido necesario crucificar a Cristo, o sí? Si hubiera algo bueno en nuestro corazón, no hubiera habido necesidad de enviar a Cristo a humillarse y morir en nuestro lugar. Lo que enseña la Biblia es que todos y cada uno de nosotros es un pecador y que debido a ese pecado, fue necesario que Cristo sufriera y muriera crucificado en la cruz, cargando todos nuestros pecados. Para qué? Para que pudieramos ser justificados por la sangre que derramó en el Calvario.

El publicano entonces, se dio cuenta de su imposibilidad como pecador de poder acercarse a Dios con la cabeza en alto. Más bien, se humilló y le suplicó a Dios por perdón. Dios nos ha perdonado a través de lo que hizo Cristo en la cruz, no por algo que nosotros hubiéramos o pudiéramos hacer.

Primero debemos aceptar que somos pecadores, que no podemos hacer anda por salvarnos, y aceptar a aquel, quien murió perfecto y sin pecado, como propiciación por nuestras transgresiones (Romanos 3: 20; Gálatas 2: 16) y luego podremos honrarle y glorificarle con todo nuestro corazón, ya que nos dio algo que ninguno de nosotros merecía. Cristo nos dio la salvación cuando merecíamos el infierno, a causa de nuestros pecados. Una vez que se ha dado en nuestra vida ese acto, entonces por el poder del espíritu Santo podemos seguir las leyes de Dios, y así siempre Dios será glorificado en todo lo que hagamos, pues TODO lo hacemos para la gloria de Dios.

Nuestra justificación se basa en lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Esa es la base del verdadero cristianismo. Recordemos siempre que sin Cristo todos somos vistos como iguales ante los ojos de Dios:

En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” Lucas 13: 1-5Amén.

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