Skip to content

Día del Señor 40

January 13, 2007

105. ¿Cuál es la voluntad del Señor para ti en el Sexto mandamiento?
Que no menosprecie, insulte, odie ni asesine a mi prójimo ni con mis pensamientos, palabras, miradas o gestos, actitudes y mucho menos con mis actos por mí mismo o por medio de algún otro antes al contrario que evite todo deseo de venganza. Tampoco yo debo causarme daño ni exponerme temerariamente al peligro. Es también para impedir el homicidio, para lo que el magistrado porta la “espada”.[1] Gen. 9:6; Lev. 19:17, 18; Matt. 5:21, 22; 26:52. [2] Prov. 25:21, 22; Matt. 18:35; Rom. 12:19; Eph. 4:26. [3] Matt. 4:7; 26:52; Rom. 13:11-14. [4] Gen. 9:6; Ex. 21:14; Rom. 13:4.

106. ¿Se refiere este mandamiento sólo al dar muerte?
Al prohibir el asesinato, el Señor nos enseña… que Él aborrece también toda raíz que conlleve a ello: envidia, odio, ira, venganza. Ante la vista de Dios, todo esto es homicidio.

[1] Prov. 14:30; Rom. 1:29; 12:19; Gal. 5:19-21; James 1:20; I John 2:9-11. [2] I John 3:15.
107. ¿Es entonces suficiente con que evitemos matar a nuestro prójimo en alguna de estas formas?
No. Al condenar la envidia, el odio y la ira el Señor nos está ordenando: Que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos… que seamos pacientes, pacificadores, amables y misericordiosos con los demás, que, en la medida de nuestras posibilidades, le protejamos de todo daño, y que hagamos bien, aun a nuestros enemigos.

[1] Matt. 7:12; 22:39; Rom. 12:10. [2] Matt. 5:5; Luke 6:36; Rom. 12:10, 18; Gal. 6:1, 2; Eph. 4:2; Col. 3:12; IPet. 3:8. [3] Ex. 23:4, 5; Matt. 5:44, 45; Rom. 12:20.

No comments yet

Leave a comment