Morir por Cristo: Ignacio de Antioquía
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Ignacio (35-107 d.C) también llamado Teoforo, fue obispo de Antioquía después de Pedro y Evodius. Según los escritos de Theodoret,el apóstol Pedro fue quien le nombró en ese puesto [1].
Ignacio fue un estudiante del apóstol Juan, y escribió múltiples cartas a diferentes regiones, muchas de las cuales han sido preservadas como prueba de la teología de los primeros cristianos. Entre estas cartas están las epístolas a los Efesios, Magnesianos, Tralianos, Romanos, Filadelfios, Esmirneanos, y una carta a Policarpo el obispo de Esmirna.
Según los escritos de Eusebius, Ignacio fue uno de los niños que Jesús tomó en sus brazos y bendijo [2]. Pero quizás una de las cosas más interesantes fue su martirio. Eusebius escribe,
Ignacio, el discípulo de Juan el apóstol, un hombre en todos los respectos de caracter apostólico, gobernaba la Iglesia de los Antioquianos con gran cuidado, habiendo escapado con dificultad las previas tormentas de muchas persecuciones bajo Domitian, tanto que, como buen piloto, por el yelmo de la oración y el ayuno, por lo pronta de su enseñanza, y su constante labor espiritual, resistió la inundación que venía contra él, temiendo sólopor aquellos que eran deficientes de coraje, o aptos para sufrir por su simplicidad [3].
En el noveno año de Trajano, un cruel emperador romano, quien durante esos años se habíoa dedicado a perseguir a los cristianos, obligándolos a escoger la adoración de ídolos o la muerte, trajeron a Ignacio ante él, e inmediatamente le dijo el emperador, “Quién eres tú, miserable, que se pone a transgredir nuestros mandamientos, y persuade a otros a hacer lo mismo, para que perezcan miserablemente? Ignacio respondió, “Nadie debería llamar a Teoforo malvado, pues todos los espíritus malvados se han alejado de los sirvientes de Dios. Pero si, yo soy enemigo de estos espíritus, me llamas malvado con respecto a ellos, estoy de acuerdo contigo, porque por tanto tengo a Cristo el Rey del cielo dentro de mí, yo destruyo todas las maquinaciones de estos malvados espíritus.” Trajano, luego le hace ver que los romanos adoran dioses los cuales les hacen ganar sus batallas, pero Ignacio nuevamente le responde, “Estás errado cuando llamas a los demonios de las naciones dioses. Pues solo hay un Dios, quien hizo los cielos, y la tierra, y el mar, y todo lo que hay en ellos; y solo un Jesucristo, el único primogénito de Dios, cuyo reino puedo yo disfrutar.”
Luego del claro testimonio de Ignacio, Trajano ordenó enviar a Ignacio a Roma para ser devorado por fieras, para el placer del pueblo. Durante su viaje a Roma, escribe sus epístolas a las diferentes iglesias, y una a su hermano en la fe, Policarpo, con quien fue discípulo de Juan. Estas cartas tenían la intención de servir de exhortación para que los creyentes se mantuvieran en la fe, y agradecerles por sus oraciones. Una vez llegado a Roma, Eusebio escribe,
Ellos empezaron desde un lugar llamado Portus, y la fama relacionada al santo mártir siendo ya extendida, se reunieron con los hermanos llenos de gozo y temor de que tan eminente hombre fuera llevado a la muerte. Ahora él le suplicó a algunos que guardasen silencio, quienes en ferviente celo le decían que ellos calmarían al pueblo, para que no demanden la destrucción del justo. Entonces luego, siendo lanzado dentro, de acuerdo con la orden de Cesar, fue echado a las fieras salvajes . Pues solo las partes más duras de los restos fueron dejadas, que fueron enviadas a Antioquía envueltas en lino [4].
A pesar de que existen muchas creencias alrededor del martirio de Ignacio, lo que es cierto es que este hombre demostró en su vida algo sumamente importante para nosotros: su gran amor por Cristo. Cuando una persona se ha sometido totalmente a Cristo, y le tiene como su único tesoro, puede enfrentar la vida sin miedos y sin ataduras, pues es libre para predicar y testificar lo que Cristo ha hecho en su vida.
Continúe la serie aquí:
- Introducción
- Los apóstoles
- Ignacio de Antioquía
- Policarpo
- Justino el Mártir
- Blandina y los Mártires de Lyon
- Jan Hus
- William Tyndale
- El Mandamiento
__________________________________
[1] Theodoret. Dial. Immutab., I, iv, 33a.
[2] Eusebius. The Martyrdom of Ignatius.
[3] Ibid. Página 242.
[4] Ibid. Página 247.
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