Skip to content

Morir por Cristo: Los Apóstoles

February 7, 2008

Cuando leemos el Nuevo Testamento, es claro que Jesús no nos promte una vida de comodidad, paz y tranquilidad. Lo que Cristo le promete a aquellos que son sus discípulos persecuciones,dolor y muerte.

Pero, es que Jesús se refería a los apóstoles? O, se refería a los creyentes en general? Es cierto que muchos de nosotros, vivimos una vida tranquila. Muchos de nuestros países no están en guerra, vivimos en democracia, etc. Pero, es eso lo que Cristo desea?

En el evangelio según Marcos, Jesús le promete algo a sus discípulos,

“Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos. Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones. Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo. Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Marcos 13: 9-13

Cuando analizamos el pasaje en el que ocurre el sermón de Cristo en el monte de los Olivos, nos damos cuenta que se refiere a cosas futuras, más específicamente a cosas del futuro lejano para los apóstoles. La verdad Cristo está profetizando lo que ocurrirá a los santos en los últimos días. Pero, una cosa es clara: “el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Quienes son los que perseveran? Aquellos a los que les ha sido otorgado una fe inquebrantable; aquellos que tienen un sólo ojo (Mateo 6:22); aquellos cuyo único tesoro es Cristo; aquellos cuya única meta es Dios (1 Pedro 3:18). Examinémonos, y aprendamos del sacrificio de Cristo, y de los primeros mártires de la historia de la iglesia.

I. San Esteban
San Esteban fue el siguiente en padecer. Su muerte fue ocasionada por la fidelidad con la que predicó el Evangelio a los entregadores y matadores de Cristo. Fueron excitados ellos a tal grado de furia, que lo echaron fuera de la ciudad, apedreándolo hasta matarlo. La época en que sufrió se supone generalmente como la pascua posterior a la de la crucifixión de nuestro Señor, y en la época de Su ascensión, en la siguiente primavera. A continuación se suscitó una gran persecución contra todos los que profesaban la creencia en Cristo como Mesías, o como profeta. San Lucas nos dice de inmediato que «en aquel día se hizo una grande persecución en la iglesia que estaba en Jerusalén», y que «todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles». Alrededor de dos mil cristianos, incluyendo Nicanor, uno de los siete diáconos, padecieron el martirio durante «la tribulación que sobrevino en tiempo de Esteban».

II. Jacobo el Mayor
El siguiente mártir que encontramos en el relato según San Lucas, en la Historia de los Hechos de los Apóstoles, es Jacobo hijo de Zebedeo, hermano mayor de Juan y pariente de nuestro Señor, porque su madre Salomé era prima hermana de la Virgen María. No fue hasta diez años después de la muerte de Esteban que tuvo lugar este segundo martirio. Ocurrió que tan pronto como Herodes Agripa fue designado gobernador de Judea que, con el propósito de congraciarse con los judíos, suscitó una intensa persecución contra los cristianos, decidiendo dar un golpe eficaz, y lanzándose contra sus dirigentes. No se debería pasar por alto el relato que da un eminente escritor primitivo, Clemente de Alejandría. Nos dice que cuando Jacobo estaba siendo conducido al lugar de su martirio, su acusador fue llevado al arrepentimiento, cayendo a sus pies para pedirle perdón, profesándose cristiano, y decidiendo que Jacobo no iba a recibir en solitario la corona del martirio. Por ello, ambos fueron decapitados juntos. Así recibió resuelto y bien dispuesto el primer mártir apostólico aquella copa, que él le había dicho a nuestro Salvador que estaba dispuesto a beber. Timón y Parmenas sufrieron el martirio alrededor del mismo tiempo; el primero en Filipos, y el segundo en Macedonia. Estos acontecimientos tuvieron lugar el 44 d.C.

III. Felipe
Nació en Betsaida de Galilea, y fue llamado primero por el nombre de «discípulo». Trabajó diligentemente en Asia Superior, y sufrió el martirio en Heliópolis, en Frigia. Fue azotado, echado en la cárcel, y después crucificado, en el 54 d.C.

IV. Mateo
Su profesión era recaudador de impuestos, y había nacido en Nazaret. Escribió su evangelio en hebreo, que fue después traducido al griego por Jacobo el Menor. Los escenarios de sus labores fueron Partia y Etiopía, país en el que sufrió el martirio, siendo muerto con una alabarda en la ciudad de Nadaba en el año 60 d.C.

V. Jacobo el Menor
Algunos suponen que se trataba del hermano de nuestro Señor por una anterior mujer de José. Esto es muy dudoso, y concuerda demasiado con la superstición católica de que María jamás nunca tuvo otros hijos más que nuestro Salvador. Fue escogido para supervisar las iglesias de Jerusalén, y fue autor de la Epístola adscrita a Jacobo, o Santiago, en el canon sagrado. A la edad de noventa y nueve años fue golpeado y apedreado por los judíos, y finalmente le abrieron el cráneo con un garrote de batanero.

VI. Matías
De él se sabe menos que de la mayoría de los discípulos; fue escogido para llenar la vacante dejada por Judas. Fue apedreado en Jerusalén y luego decapitado.

VII. Andrés
Hermano de Pedro, predicó el evangelio a muchas naciones de Asia; pero al llegar a Edesa fue prendido y crucificado en una cruz cuyos extremos fueron fijados transversalmente en el suelo. De ahí el origen del término de Cruz de San Andrés.

VIII. San Marcos
Nació de padres judíos de la tribu de Leví. Se supone que fue convertido al cristianismo por Pedro, a quien sirvió como amanuense, y bajo cuyo cuidado escribió su Evangelio en griego. Marcos fue arrastrado y despedazado por el populacho de Alejandría, en la gran solemnidad de su ídolo Serapis, acabando su vida en sus implacables manos.

IX. Pedro
Entre muchos otros santos, el bienaventurado apóstol Pedro fue condenado a muerte y
crucificado, como algunos escriben, en Roma; aunque otros, y no sin buenas razones, tienen sus dudas acerca de ello. Hegesipo dice que Nerón buscó razones contra Pedro para darle muerte; y que cuando el pueblo se dio cuenta, le rogaron insistentemente a Pedro que huyera de la ciudad. Pedro, ante la insistencia de ellos, quedó finalmente persuadido y se dispuso a huir. Pero, llegando a la puerta, vio al Señor Cristo acudiendo a él, a quien, adorándole, le dijo: «Señor, ¿a dónde vas?» A lo que él respondió: «A ser de nuevo crucificado». Con esto, Pedro, dándose cuenta de que se refería a su propio sufrimiento, volvió a la ciudad. Jerónimo dice que fue crucificado cabeza abajo, con los pies arriba, por petición propia, porque era, dijo, indigno de ser crucificado de la misma forma y manera que el Señor.

X. Pablo.
También el apóstol Pablo, que antes se llamaba Saulo, tras su enorme trabajo y obra indescriptible para promover el Evangelio de Cristo, sufrió también bajo esta primera persecución bajo Nerón. Dice Abdías que cuando se dispuso su ejecución, que Nerón envió a dos de sus caballeros, Ferega y Partemio, para que le dieran la noticia de que iba a ser muerto. Al llegar a Pablo, que estaba instruyendo al pueblo, le pidieron que orara por ellos, para que ellos creyeran. Él les dijo que poco después ellos creerían y serían bautizados delante de su sepulcro. Hecho esto, los soldados llegaron y lo sacaron de la ciudad al lugar de las ejecuciones, donde, después de haber orado, dio su cuello a la espada.

XI. Judas
Hermano de Jacobo, era comúnmente llamado Tadeo. Fue crucificado en Edesa el 72 d.C.

XII. Bartolomé
Predicó en varios países, y habiendo traducido el Evangelio de Mateo lenguaje de la India, lo propagó en aquel país. Finalmente fue cruelmente azotado y luego crucificado por los agitados idólatras.

XIII. Tomás
Llamado Didimo, predicó el Evangelio en Partia y la India, donde, provocar a los sacerdotes paganos a ira, fue martirizado, atravesado con lanza.

XIV. Lucas
El evangelista, fue autor del Evangelio que lleva su nombre. Viajó con por varios países, y se supone que fue colgado de un olivo por los idolátricos sacerdotes de Grecia.

XV. Simón
De sobrenombre Zelota, predicó el Evangelio en Mauritania, Africa, incluso en Gran Bretaña, país en el que fue crucificado en el 74 d.C.

XVI. Juan
El «discípulo amado» era hermano de Jacobo el Mayor. Las iglesias Esmirna, Pérgamo, Sardis, Filadelfia, Laodicea y Tiatira fueron fundadas él. Fue enviado de Éfeso a Roma, donde se afirmaque fue echado en un calde de aceite hirviendo. Escapó milagrosamente, sin daño alguno. Domiciano desterró posteriormente a la isla de Patmos, donde escribió el Libro Apocalipsis. Nerva, el sucesor de Domiciano, lo liberó. Fue el único apóstol que escapó una muerte violenta.

XVII. Bernabé
Era de Chipre, pero de ascendencia judía. Se supone que su muerte tu lugar alrededor del 73 d.C. Y a pesar de todas estas continuas persecuciones y terribles castigos, Iglesia crecía diariamente, profundamente arraigada en la doctrina de apóstoles y de los varones apostólicos, y regada abundantemente con la s de los santos. [1]

Continúe la serie aquí:

  1. Introducción
  2. Los apóstoles
  3. Ignacio de Antioquía
  4. Policarpo
  5. Justino el Mártir
  6. Blandina y los Mártires de Lyon
  7. Jan Hus
  8. William Tyndale
  9. El Mandamiento

_________________________________

[1] John Foxe. Foxe’s Book Of Martyrs.

sujetosalaroca.com
Suscribete para recibir actualizaciones de entradas como esta.
Suscribete por email.
Suscribete al podcast por iTunes.
Apoya este sitio visitando los patrocinadores aquí.

2 Comments leave one →
  1. leonardo permalink
    February 7, 2008 8:53 pm

    mi conviccion es defender el evangelio de jesucristo con la verdad de su palabra,no nos queda otra cosa que hacer por que para eso nos llamo e señor Jesucristo,para morir por el,es necesario morirpara vivir,agradezco al señor por estas predicas y enseñanzas,espero que nunca dejen la Palabra de verdad,y si s que tengamos que morir por defenderlas no nos queda otra opcion,gracias a DIos y a ustedes hermanos bendiciones de su hermano leonardo del peru

  2. Eduardo permalink
    February 7, 2008 9:24 pm

    Leonardo,

    Gracias a ti por tu comentario y por participar con tus pensamientos. Lo que escribes es exactamente lo que nos enseña la Biblia…Cristo dijo que el que quiera ser su discípulo debe negarse a sí mismo, tomar su cruz cada día (Lucas 9:23). Como dices tu: “es necesario morir para vivir.” Cristo en ese mismo pasaje dice lo siguiente: “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perdera, y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.” (Lucas 9: 24).

    Bendiciones para ti…

Leave a comment