Introducción a la Teología: Características de las Escrituras–Autoridad
En las próximas entradas vamos a analizar las características que la Biblia describe de sí misma. Esto es de gran importancia para nosotros, debido a que es nuestro deber defender estas doctrinas contra los ataques de diferentes medios.
La Biblia describe cuatro características de ella misma:
1. Autoridad
Esto quiere decir que todas las palabras de la Biblia son las palabras de Dios de tal manera que desobedecer la Biblia es desconfiar o desobedecer a Dios.
Dónde vemos esto en la Biblia? Primero, en el Antiguo Testamento es frecuentemente aclarado con las palabras “Así dice el Señor.” Cuando un profeta decía estas palabras, cada palabra que salía de su boca tenían la misma autoridad como si Dios le hablara directamente a Su pueblo. Estas palabras eran verdaderas. Si lo que decía el profeta no ocurría, entonces el tal profeta era considerado un falso profeta y era muerto (Deuteronmio 18:18-20).
Además Dios, le dice al pueblo que hablará a través de profetas,
“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.” Deuteromio 18: 18-20
“Y lo enterraron, y lo endechó todo Israel, conforme a la palabra de Jehová, la cual él había hablado por su siervo el profeta Ahías.” 1 Reyes 14:18
“Pero no obedeció él ni sus siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las cuales dijo por el profeta Jeremías.” Jeremías 37:2
Segundo, cuando leemos la Biblia, el Espíritu Santo nos convence y nos asegura que estas palabras vienen directamente de Dios. Es el Espíritu Santo el que nos enseña, Pablo dice, “lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” Para el hombre natural las palabras de la Biblia son locura, pero para los hijos de Dios, los cuales tienen la unción del Espíritu, son poder para salvación (2 Corintios 2:14 y Romanos 1: 16).
Tercero, la Biblia es históricamente cierta, consistente y contiene profecías que se han cumplido cientos de años más tarde. Un ejemplo,
“En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas.” Josué 6:26
Esto ocurre en el año 1451 a.C y se cumple casi 600 años más tarde cuando Hiel de Bet-el en el año 871 a.C, reedificó Jericó,
“En su tiempo Hiel de Bet-el reedificó a Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el cimiento, y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas, conforme a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Nun.”
Esto es algo que no lo tienen otros libros religiosos como el Qur’an o el libro de Mormon, los cuales tienen múltiples inconsistencias. Debido a nuestro pecado, los hombres rechazan la autoridad de la Biblia, y es por ello que necesitamos del Espíritu Santo para que nos permita someternos a ella.
Por lo tanto, debido a las pruebas de la autoridad de la Biblia, quien la desobedezca, desobedece a Dios. La Biblia dice que Dios estima “a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra.” (Isaías 66:2-NIV).
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