Skip to content

Romanos 6: 1-14

September 3, 2007

A pesar de que está colocada al inicio de las epístolas, no fue escrita de primero: habían varias epístolas escritas antes, como por ejemplo las dos epístolas a los Tesalonicenses, las dos a los Corintios, la primera espístola a Timoteo, y la de Tito. La razón por la cual, se encuentra de primero, es por su excelencia, por la cual Crisóstomo tenía una gran admiración y hacía que se la leyeran dos veces por semana.” John Gill, 1771.

Versículos 1-14:

“¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.” Romanos 6: 1-14

En este capítulo vamos a analizar una de los temas más importantes para nuestra vida cristiana. Debo enfatizar que la única vida que lleva a la vida eterna es la vida cristiana, por lo cual todos los musulmanes, indúes, judíos, ateos, católicos, etc, así como los cristianos deben saber lo que se enseña en Romanos 6. Lo que en este capítulo se describe nos concierne a todos, ya que todos somos pecadores y sentenciados como culpables por estar unidos a Adán. Nuestra salvación depende de si estamos unidos a Cristo o no, como el segundo Adán. Y sólo una vida resulta de estar unidos a Cristo.

En el capítulo anterior Pablo demostró como nuestra unión en Adán nos trajo la condenación de Dios, por la desobediencia de quien fuera nuestra cabeza federal, o nuestro representante ante Dios. Además demostró que la unión de los creyentes con Cristo trajo la justificación necesaria, para que los creyentes fueran investidos con la justicia de Cristo y fuera removida la ira de Dios que estaba sobre ellos. Esto es gracia: la obediencia de Cristo, no la nuestra.

Pero lo que vemos al abrir el capítulo 6 es la objeción a lo que Pablo concluyó en Romanos 3:28, es decir: “que el hombre es justificado por fe sin obras de la ley.” Pablo entonces hace la pregunta: “Qué, pues, diremos? Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” (Romanos 6:1). Pablo se está adelantando a aquellas personas que puedan hacer objeciones a lo que dijo en Romanos 5:20, y por ello hace la pregunta, para poder desarrollar la idea.

La objeción que existe a la justificación por medio de la gracia es esta: “Si por la gracia de Dios hemos obtenido la fe, para creer en Cristo, quien murió por nosotros, para justificarnos, y así quitar la ira de Dios, entonces podemos continuar pecando, debido a que si el pecado hace que la gracia abunde, entonces, entre más pequemos, meas abundará la gracia.” Pero eso no es lo que Pablo está enseñando.

Primero Pablo responde: “En ninguna manera.” Pero debemos preguntarnos, porqué aquellos que son justificados por fe no continúan pecando?. La respuesta la da en el verso 2: “Porque los que hemos muerto al pecado, cómo viviremos aún en él?” Pero veamos otra manera en la que Pablo explica lo que ocurre en el creyente:

1. Cuando Cristo murió, en un sentido, nosotros morimos con él: Esto lo vemos en los versos 5, 6 y 8.

“Porque si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte”

“sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, para que el cuerpo del pecado sea destruído, a fin de que no sirvamos más al pecado.”

“Y si morimos con Cristo”

Entonces existe una unión con Cristo, que hace que lo que le ocurrió a Él, ocurra igualmente en nosotros.

2. Cuando Cristo resucitó, nosotros revivimos de alguna manera en Él: Lo vemos en la segunda parte del verso 4 y 5.

“a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva,”

“Porque si fuimos planatados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección.”

La unión del creyente con Cristo no solo significa que cuando Él murió, nosotros también., sino que cuando Él resucitó, nosotros revivimos con Él (acá debemos tener mucho cuidado para no confundirlo con lo que se enseña en pasajes como 2 Timoteo 2: 18, o 1 Corintios 15: 52).

3. Los creyentes deben morir al pecado: Lo vemos en los versos 11 y 13.

“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.”

“ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.”

Aunque de estos pasaje no debemos pensar que nuestra obediencia es automática, o mucho menos mecánica. La sociedad moderna depende de resultados instantáneos, y cuando no los obtiene, se llena de frustración y enojo. Nuestra vida cristiana, por el contrario, va paso a paso. Pero esto lo vamos a analizar meas adelante.

Primero, debemos analizar que significa cuando Pablo dice: “muertos al pecado”? En el verso 2, Pablo se está refiriendo a los creyentes, ya que en el verso 3 habla acerca del bautismo en Cristo. Este bautismo no es nada más ni nada menos que lo que experimentamos cuando Dios nos ha hecho creyentes. Pero entonces, Pablo se está refiriendo a nosotros como creyentes, que hemos sido unidos por una decisión de Dios a Cristo: “Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús” (1 Corintios 1: 30). Lo que le sucedió a Cristo, Dios lo vé como algo que nos sucedió a nosotros. La muerte de Cristo, fue nuestra muerte al pecado. Otras afirmaciones de esto son los versos 6 y 8 (también Romanos 7:4 y 2 Corintios 5:14).

La otra pregunta que debemos hacernos es, qué quiere decir Pablo con que no podemos continuar en pecado? Será que el apóstol está enseñando perfeccionismo espiritual? Pero, eso no es lo que Pablo está intentando decir. Primero, veamos que lo que Pablo niega no es que vamos a dejar de pecar, pero que no vivremos aún en él (verso 2). La idea de Pablo es que una vez que estamos unidos a Cristo, nuestra vida tendrá un cambio con respecto al pecado.

Segundo, lo que dice en el verso 6, lo que Pablo quiere decir con que fuimos crucificados con Cristo, es que no somos más esclavos al pecado. Es decir, podemos pecar, sin estar bajo el dominio del pecado. Esto lo obtengo de lo que dice el verso 14. El haber sido liberados del poder del pecado, no significa que vayamos a ser espiritualmente perfectos.

Tercero, en los versos 11, 12 y 13 vemos que Pablo implica que a pesar de que hemos muerto al pecado, podemos pecar, y de hecho pecamos, pero debemos tener siempre presente lo que ocurrión en nuestra unión con Cristo, es decir que fuimos crucificados junto con Él.

No comments yet

Leave a comment