Las Parábolas de Jesús: Oración
En ésta entrada vamos a analizar algunas de las parábolas de Jesús con respecto a la oración y el deseo de Dios. La primera que vamos a analizar la encontramos en Lucas 11.
“Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite; Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abriráPorque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Lucas 11: 5-13
La historia nos enseña que en esa época era una humillación no tener que ofrecerle a los invitados cuando visitaban a alguien. El hombre de esta parábola enfrentaría una humillación pública, y por eso acude a su vecino para que le provea lo necesario para oder atender a sus huéspedes.Varios puntos que debemos tomar en cuenta son los siguientes:
1. Las familias vivían generalmente en casas de un solo cuarto; o sea, todos los miembros de la familia dormían juntos.
2. La puerta estaba cerrada. En esa época cuando la puerta de la casa se encontraba cerrada quería decir que la familia deseaba privacidad. Por lo general, las casas se encontraban con las puertas abiertas (verso 7).
Jesús nos enseña que a pesar de que el hombre no se levanta para darle lo que necesita por amistad, se levantará para darle lo que le pide debido a lo inoportuno de su visita. Luego Jesús aplica la parábola para enseñarnos acerca de nuestra vida en oración (versos 9-13).
Ahora veremos la siguiente parábola, para luego llegar a el punto que debemos aprender acerca de nuestra vida de oración. La otra parábola la encontramos en Lucas 18:
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Lucas 18: 1-8
Como vemos en la Biblia, algunas de las parábolas que utiliza Jesús, las usa para comparar y otras como contrastes. En estas dos, Dios no es hecho similar al amigo ó al juez malvado, pero más bien mucho más generoso que ellos. Si nosotros como hombres hacemos cosas que para los ojos del hombre son buenas; que mejores cosas nos dará nuestro Padre, que es Santo y todo amor si se lo pedimos?Jesús nos dice lo siguiente: “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abriráPorque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Es importante que entendamos varias cosas. Todos y cada uno de nosotros es un pecador. Todos llevamos aún en nuestro ser el pecado de Adán. Claro, hemos sido justificados por la obediencia de Cristo y lo que hizo por nosotros en la cruz. Pero Dios derramó su gracia sobre nosotros y nos dio su Espíritu Santo, para que fuesemos santificados día a día. Es decir, diariamente somos regenerados por el poder del Espíritu Santo. Si alguna persona que se dice cristiano, no odia el pecado y no desea ser santificado, y sigue pecando, no es un verdadero cristiano y no es salvo. No estoy diciendo que aún en el proceso de la santificación no pequemos, porque eso es falso. Aún luchamos contra nuestro pecado y en ocasiones caemos por nuestra naturaleza. Esta naturaleza, que desea estar en rebelión contra Dios, nos hace pecar. Pero la gracia de Dios, a través del Espíritu Santo nos lleva al arrepentimiento y a cambiar nuestra manera de caminar en la vida. Pero en la resurreción seremos transformados y Dios quitará de una vez por todas lo corruptible en nuestro ser y nos hará incorruptibles, para no pecar nunca más (1 Corintios 15: 42). Entonces si nosotros siendo pecadores y malvados, damos a nuestros hijos cosas buenas, Dios siendo Santo y Amor nos dará lo que sea mejor para nosotros.
La voluntad de Dios es nuestra santificación (1 Tesalonicenses 4: 3, 7; 2 Tesalonicenses 2: 13). Entonces que es lo que debemos pedirle a Dios en nuestras oraciones? Muchos falsos maestros enseñan que debemos pedirle a Dios que mejore nuestra vida terrenal, con mejores casasm autos, dinero, trabajos, etc. Claro que esto es importante, pero debemos tener en cuenta que esta vida pasará y tenemos la eternidad por delante. Entonces la Biblia nos enseña que debemos pedir a Dios por su Espíritu Santo, para que transforme nuestras vidas, nos dé espíritu de poder y no de cobardía, para enfrentar a nuestra carne diariamente (2 Timoteo 1: 7); debemos pedirle a Dios por discernimiento, para saber distinguir entre las cosas que no son agradables a Dios y poder resistir al diablo (1 Corintios 12: 10; Hebreos 5: 14); pedir a Dios para que nos vista con su armadura cada día, para poder resisitir las acechanzas del diablo y que éste huya de nosotros (Efesios 6: 10-18; Santiago 4: 7). Es importante que tengamos nuestras prioridades bien delineadas. Es más importante pedirle a Dios que nos aleje del pecado, que pedirle por dinero. Recordemos que Dios no nos dá lo que nos perjudica en nuestra vida espiritual. Dios es infinitamente sabio, omnipotente y omnisciente, por lo tanto sabe que es lo mejor para nosotros. Muchos piden dinero, sabiendo que el dinero es su ídolo y que los va a llevar a la destrucción. Otros piden por maridos, esposas, casas, autos, trabajo, etc.
Cada uno de nosotros debe orar porque se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas. Debemos pedirle a Dios que nos revele el plan que tiene para cada uno de nosotros.
Los que desean estar mejor en la tierra (en esta vida), les aconsejo que lean el libro de Eclesiástes. Es muy práctico para aprender la verdadera importancia de las cosas terrenales con respecto a las cosas del reino de Dios. Debemos preguntarnos donde está nuestro tesoro, porque así sabremos donde está nuestro corazón (Lucas 12: 34). Entonces teniendo en cuenta que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, debemos tener contentamiento con lo que Dios nos ha dado (1 Timoteo 6: 8; Hebreos 13: 5) y debemos orar persistentemente para que se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas, ya que Dios sabe lo que es bueno para cada uno de nosotros. Oremos persistentemente como lo hizo Nehemías, quién oró por espacio de 3 meses, desde el mes de Quisleu a Nisán, para que Dios le permitiera ir a Jerusalén a reconstruir la ciudad (Nehemías 1: 1 y 2). Oremos únicamente porque el Espíritu Santo continue morando en nosotros y nos dé el discernimiento para caminar por el camino estrecho que lleva a la salvación. Amén.


esta bueno me encanta informarme
de los criterios de jesus
esta completo
y entretenido
Oremos únicamente porque el Espíritu Santo continue morando en nosotros y nos dé el discernimiento para caminar por el camino estrecho que lleva a la salvación
Exacto, para no contristarlo…
:]