La Cruz: Lo que Hemos Recibido
En esta entrada, vamos a analizar un poco el texto de 1 Corintios 15. Hemos venido hablando acerca de la muerte y resurrección de Cristo. Hemos analizado básicamente acerca de Jesús, su muerte y su resurrección como un hecho histórico, el cual nadie pudo negar hace 2000 años y mucho menos puede ser negado hoy en día. Es importante que como cristianos tengamos claro que nuestra fé no es una fé ciega, ya que Jesús existió, murió exactamente como fue profetizado en textos 1500 años más antiguos que Él y según atestiguaron más de 500 personas en los días posteriores a su muerte, fue resucitado y posteriormente ascendió a los cielos (1 Corintios 15: 6).Lo primero que hace el Espíritu de Dios a través de Pablo, en su carta a Corinto es recordarles lo que vino a hacer Cristo a la tierra, esto es, morir por nuestros pecados (1 Corintios 15: 3). Luego les recuerda los hechos históricos, los cuales pueden ellos investigar. Cómo? Básicamente les dice que si no le creen a él cuando dice que Jesús resucitó al tercer día, pueden preguntarle a los apóstoles, y si aún así no creen, pueden preguntarle a más de 500 personas a quienes se les apareció Cristo en un período de 40 días ( v. 6 y Hechos 1:3).
Posteriormente, este texto nos enseña acerca de la necesidad de la muerte y resurrección de Cristo. Debido a que todos los hombres están muertos en sus pecados, y que nadie por sí solo puede buscar a Dios (Romanos 3: 9-12), la necesidad de que Cristo, como el Hijo de Dios, muriera perfecto, sin pecado, para rescatarnos de la muerte y darnos vida eterna a través de Él. Muy claramente les hace ver, contradiciendo algunas de las mentiras que estaban infiltrándose en la Iglesia, acerca de que Jesús no resucitó, les dice que si Jesús no resucitó, no habría razón para que ellos estuvieran predicando, siendo perseguidos y algunos ya muertos por proteger una mentira. Además que si Cristo no hubiera resucitado, ellos estarían aún en sus pecados.
Con la resurrección, Cristo nos trajo a la vida, resucitándo a Su Iglesia, y borrando sus pecados. Un verso muy interesante es el v. 32:
“Si como hombre batallé en Efeso contra fieras, ¿qué me aprovecha? Si
los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.”
Qué quiere decir con ésto? Sencillamente que si realmente no hubiera resucitado Cristo, entonces no habría razón de estar predicando, siendo azotado, sufrir hambrunas, andar como misionero a tierras lejanas, etc. Si realmente Cristo no se le hubiera aparecido, mejor se hubiera quedado en su tierra natal, siguiendo en pecado, pues después de la muerte no hay nada más. Pero la diferencia para Pablo, es que como él vio a Cristo, y junto con él 500 personas más, le fue revelado que Cristo es Dios, que el infierno existe y que si no sigue a Cristo y hace lo que Él le manda, va a ser condenado.Además de que la resurrección nos rescató de sufrir la ira de Dios, justificarnos ante el Padre y borrar todos nuestros pecados, nos provee todo lo que necesitamos para santificarnos. Cómo? A través de su Espíritu Santo. Es esa la manera por medio de la cual somos transformados (v. 51) hasta el día en que seamos resucitados, muchos mientras estamos vivos y otros que ya han muerto, y sea quitado de nosotros lo corruptible y seamos transformados en seres incorruptibles.
Ya la victoria fue ganada sobre la muerte. Cristo venció. “Ha sido consumado” dijo Jesús (Juan 19: 30). La promesa dada en el protoevangelio (Génesis 3:15) fue cumplida: La cabeza de la serpiente fue aplastada por Cristo. Y entonces si ya fue removida la pena que debíamos pagar, por lo que hizo Cristo por nosotros en la cruz, entonces nuestro trabajo no es en vano (v. 58). Debemos luchar por hacer tesoros en el cielo, y no en la tierra. Amén.


Además, hay un aspecto que mencioné una vez en un foro filosófico.
Casi todos los primeros cristianos murieron en martirio, ahora bien, tiene sentido que uno muera por una Verdad, pero… por una Mentira?
La verdad que relataban los primeros mártires era que Jesús había resucitado, que era el Verbo encarnado, de ahí que no les importara morir.
Más adelante me compararon el martirio de los crsitianos primitivos con los suicidas islamistas que se inmolan.
No es lo mismo; el islamista se inmola por fe ciega, por una creencia que ha sido transmitida.
En cambio, muchos de los primeros cristianos eran testigos directos de la resurrección de Jesús.
Unos mueren por algo en lo que creen, otros por dar testimonio de aquello que han visto, ergo, comprobado empíricamente.
Si ellos “supieran en su fuero interno” que Jesús no había resucitado, cuando las cosas se hubieran puesto negras, habrían rectificado para salvar su vida.
Pero no fue así…