La Cruz: Muerte y Sepultura
Como habíamos hablado en la entrada previa, la llegada de Jesús a Jerusalén, se correlaciona con el evento celebrado cientos de años antes, durante el cual, Dios sacó a Israel de Egipto y les instruyó conmemorar ese día, el Pesach (hebreo) ó Pascua. Ese evento lo debían conmemorar tomando un cordero sin defecto, el día 10 del primer mes del año, el cual era el mes de Nisán (marzo-abril), y lo debían tener en cada hogar durante cuatro días, y el cuarto día debían sacrificarlo, recordando la misericordia que tuvo Dios del pueblo para sacarlo de Egipto.Este día fue celebrado durante poco más de mil años, pero el plan de Dios no había sido revelado aún, hasta que Jesús entró en Jerusalén, presentándose como el cordero sin defecto, el cual sería sacrificado para liberar a la humanidad de su opresor, es decir, del pecado.
Jesús entró a Jerusalén el día 10 del mes de Nisán, un hombre sin pecado, sin defecto, para cumplir profecías hechas cientos de años antes. Veamos algunas de ellas:
1. Nació de una virgen, como el salvador del mundo: ” Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” Isaías 7: 14 (700 años antes de Cristo).
2. Vivió humildemente y fue desechado por la humanidad: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado, y no lo estimamos.” Isaías 53: 3 (700 años antes de Cristo).
3. Murió como fue profetizado 850 años antes por David: “Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.” Salmos 22: 16-18
La crucifixión fue inventada por los persas, pero fue perfeccionada por los romanos, quienes eran expertos en cuanto a la tortura de hombres. Y Cristo sufrió lo que ningún hombre podría haber soportado, pues fue torturado mucho tiempo antes de llegar a la cruz.
Pero veamos que ocurrió antes de ese día. Jesús entró en Jerusalén y en los tres días posteriores continuó enseñando a sus seguidores, mientras los fariseos del sanedrín tramaban el complot y la forma en que lo podían acusar, ya que durante estos días, mientras en su mente se encontraba aún vivo el recuerdo de esa entrada triunfal, donde el pueblo aclamaba: Hosana, Hosana. Bendito el que viene en el nombre del Señor! Mientras ellos luchaban contra la verdad que se les había presentado pocos días antes, cuando vieron realizarse todas las profecías que conocían de memoria.
No podían encontrar falta en Él (Mateo 26: 59-60), hasta que le hacen la pregunta que querían que contestara: “Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.” Mateo 26: 63 y por supuesto que Jesús después de haber callado antes las otras mentiras que habían dicho sobre Él, responde lo siguiente:
“Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora
veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y
viniendo en las nubes del cielo.” Mateo 26: 64
Una vez que oyeron la respuesta decidieron matarlo, y empezó la tortura. Lo golpearon, lo escupieron, jalaron de su barba, y decidieron entregarlo a Pilato para que diera el veredicto de muerte. Poncio Pilato no encuentra ninguna falla en Jesús y lo envía a Herodes ya que Cristo era de galilea y era jurisdicción de Herodes, pero una vez donde este romano, es humillado, vestido en ropas espléndidas y de nuevo enviado a Pilato (Lucas 23: 6-12).
Pilato encuentra una turba de judíos que reclamaban la muerte de Jesús, y piden a cambio la vida de Barrabás, al cual quieren que el romano libere y crucifique a Jesús. Pilato entonces ordena a los guardas que azoten a Jesús. Debemos recordar que los romanos perfeccionaron el arte de la tortura, y con látigos con pedazos de metal y hueso entrelazados entre las fibras lo flagelaron desde la nuca hasta la parte trasera de las rodillas, lo cual removía gran cantidad de tejido.
La tortura no tiene efecto en la turba quien quiere crucificar a Jesús. Pilato entonces se lava las manos y entrega a Jesús a la turba y libera a Barrabás. Los principales del sanedrín le colocan una corona de espinas y le hacen cargar la cruz hasta el lugar llamado Golgota (Clavario) en donde sería hecha pública la muerte de Cristo. En ese lugar, Jesús fue humillado, desnudado y luego crucificado.
Durante tres horas aproximadamente estuvo Jesús crucificado (Lucas 23: 44), y luego de este tiempo se oscureció el sol, hubo un terremoto y Cristo clamó a los cielos diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.” Lucas 24: 46
La multitud al ver lo que ocurrió se asombró y muchos lloraron lo que habían hecho, pues como el centurión se dieron cuenta que Jesús era verdaderamente el Hijo de Dios (Mateo 27: 54). Una vez que estaba muerto, debido a que Jesús no tenía donde ser sepultado (era pobre), entonces un fariseo, que era discípulo de Cristo, llamado José de Arimatea, fue donde Pilato a pedir el cuerpo. Pilato le pide al guarda que verifique que Jesús está verdaderamente muerto y éste como era la costumbre le intentó quebrar las piernas, pero al ver que estaba muerto no lo hizo. Poncio Pilato entregó el cuerpo de Jesús a José, las mujeres lo tomaron, lo envolvieron en sábanas y luego, José lo llevó a la tumba que era de su posesión y colocaron una gran roca en la entrada de la tumba.
Los fariseos, recordando lo que Jesús había profetizado acerca de su resurrección, llegan a Pilato y le dicen que coloque guardas en la tumba para que los discípulos de Jesús no se roben el cuerpo, a lo cual accede el gobernador romano. Se colocan guardas en la entrada de la sepultura, la cual está bloqueada por una gran roca y colocan el sello romano sobre la tumba, para que todo aquel que violare el sello fuera muerto.

