Agradeciendo al Dios fiel
Cuántas veces hemos sido llenos de cosas buenas? Cuántas veces hemos creído que esas cosa buenas han llegado a nuestra vida gracias a lo que nosotros mismos hicimos? Si contestáramos esa pregunta con la mano puesta en nuestro corazón, nos daríamos cuenta que en la gran mayoría de las veces no agradecemos a aquel que verdaderamente merece la gloria de nuestras conquistas.En esta entrada vamos a analizar dos pasajes que odemos leer en el Antiguo Testamento, más específicamente en Deuteronomio y Josué. Estos pasajes nos enseñan lo que ha ocurrido durante toda la historia de la humanidad y lo que debemos hacer para corregir nuestros pasos. Por supuesto que únicamente voy a mencionar algunos de los versículos, de ambos libros, porque deseo que ustedes lean detenidamente los capítulos.
Primero vamos a analizar el capítulo 6 del libro de Deuteronomio. En este capítulo Dios explica e propósito de la Ley que le dio a su pueblo en el monte Sinaí. Dios le prometió a Israel llevarlo hasta la tierra prometida, una vez que los sacó de Egipto, pero debido a que el pueblo se olvidó de Jehová y adoró a otros dioses, Dios los hizo errar por el desierto por 40 años. En éste capítulo Moisés le explica a los israelitas lo que deben hacer cuando entren en la tierra que Dios les prometió.
“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás. No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.” Deuteronomio 6: 10-15
En este pasaje Moisés les advierte que cuando entren a la tierra prometida, la cual Dios se las va a entregar en sus manos, NO se olviden de Dios. Esta tierra prometida, es una tierra que está poblada por gente mucho más numerosa que Israel, en algunos lugares como Gat, hay gigantes (donde viene la familia de Goliat), y que estarían dispuestos a pelear contra el pueblo de Dios. Pero por otro lado, siendo una tierra ya cubierta por otras razas, ha sido cultivada, e Israel no tendrá que trabajar la tierra para poder comer.Dios les prometió la tierra de Canaán aproximadamente entre 600 y 700 años antes, pero Dios tenía un propósito. Jehová los preparó para revelarles su poder, estuvieron en Egipto 430 años como esclavos, hasta que Dios levantó a un libertador, Moisés, a través de quien Dios les revelaría que El era el Dios de sus padres. Pero 18 meses después de que los sacó de Egipto, les instruyó que entraran en la tierra prometida, pero no quisieron pues tuvieron miedo de los pobladores y por ello (olvidando que Dios estaba con ellos), Dios los hizo caminar 38 años más.
Ahora, volviendo a Deut. 6: 10-15, Moisés le está diciendo a Israel que una vez que entren a esa tierra que está saciada de frutos, no olviden de quien fue quien se las entregó. Les insta a que no se aparten de Dios y no adoren a otros dioses de los pueblos que van a conquistar. Pero veamos ahora otro pasaje similar. En Josué capítulo 4, una vez que han pasado el río Jordán para conquistar la tierra prometida, Dios le manda a Josué que tome 12 hombres del pueblo de Israel, uno de cada tribu, para que cada uno tome una piedra de gran tamaño y las erigieran en Gilgal, una tierra al este de Jericó. Leamos:
“ Y el pueblo subió del Jordán el día diez del mes primero, y acamparon en Gilgal, al lado oriental de Jericó. Y Josué erigió en Gilgal las doce piedras que habían traído del Jordán. Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras? declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán. Porque Jehová vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros, hasta que habíais pasado, a la manera que Jehová vuestro Dios lo había hecho en el Mar Rojo, el cual secó delante de nosotros hasta que pasamos; para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová es poderosa; para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los días.” Josué 4: 10-15
Las doce piedras entonces, eran para recordarle a las futuras generaciones quién había sido el que verdaderamente les dio la tierra que derrama leche y miel. Dios no necesita recordarse quien es El. Era para que el hombre recordara que Dios fue quien lo hizo TODO.Es de suma importancia que cada día demos gracias a Dios por todo lo que nos ha dado. No es algo que debemos tomar con ligereza, pues es algo muy serio. Cada vez que no agradecemos a Dios por lo que tenemos, pecamos contra Él. El problema es que si no nos acostumbramos a recordar al Dios que con su mano poderosa provee todas las bendiciones que nos encontramos en la vida (no por coincidencia), tenemos la posibilidad de creer que lo logramos por nuestros propios méritos.
No fue Dios quién nos dio inteligencia? No fue Dios quién nos dio habilidades? No fue Dios quién nos dio amor? No fue Dios quién nos dio vida? No fue Dios quién nos dio compañía? No fue Dios quién nos dio la naturaleza para alegrar nuestra alma? No fue Dios quién nos dio los sentidos para apreciar su grandeza?
Y por supuesto, algunos pueden decir: Qué de aquellos que son cojos, mancos, ciegos, enfermos, que no tienen que comer, que no tienen donde vivir? La respuesta es muy sencilla. Dios no tuvo nada que ver con eso. Todo eso se debe a nuestra naturaleza pecaminosa. Ese pecado que traemos muy dentro de nosotros. Porqué digo esto? Si no hubiéramos caído, queriendo ser como Dios (en el Edén), entonces no hubiera entrado el pecado en nuestras vidas y hubiéramos sido perfectos. Cuando el pecado dominó la vida de Adán y Eva, todo su cuerpo fue cubierto por él. De ahí que entraron en la tierra todas las enfermedades y malformaciones que vemos.
Por otro lado, si no fueramos pecadores, viviríamos una vida apegada a la palabra de Dios y los pobres tendrían que comer. Si nos acordáramos de aquellos que no tienen que comer, y fuésemos perfectos, no deberíamos luchar para que los gobiernos ayuden a los pobres. Cuántos de nosotros gastan su dinero en cosas que matan, mientras hay otros que mueren de hambre en las calles? Cúantos niños mueren de hambre en el mundo cada año? Es una estadística verdaderamente angustiante, pues el número se acerca a los 15 millones.
Quiero que sepan que escribo para mi también. Tengo muy claro que soy un pecador, y que si no fuera porque Jesús es el dueño de mi vida, y me ha justificado y me ha hecho nacer a una nueva vida, estaría condenado al infierno. Pero como hombre, soy apto a caer. El punto es si cada uno de nosotros sabe como levantarse cuando cae.
Dios es el único que puede levantarnos. Él es el único que puede cambiar nuestras vidas. La Biblia no dice que si seguimos a Dios, seremos ricos, o tendremos mansiones, o tendremos que comer todos los días, etc. La Biblia dice que si sabemos que Dios es quien nos cuida y vela por nosotros por la eternidad, entonces Él nos cuidará. Dios es fiel. Nos ha prometido una vida llena de bendiciones. Pero aún si no tenemos que comer en esta vida, si no tenemos donde vivir, si no tenemos fuerzas para caminar, Dios nos ha prometido una vida a su lado, donde no habrán más preocupaciones, ni dolores. Nos ha prometido el cielo.
Pero lo importante es que cada uno de nosotros debe entender que TODO lo que tenemos se lo debemos a Dios y a lo que Él nos ha dado. Nada hemos hecho nosotros para glorificarnos. No somos nada, somos polvo (Job 30:19). Todo lo que tenemos se lo debemos a Dios. Cada vez que recordamos esto, entonces Dios nos recuerda que somos sus hijos, y que debemos entonces velar por aquellos que no tienen, y así el mundo estaría mejor. Pero lástimosamente el mundo está poblado por hombres, por pecadores, que se han encargado de destruirlo. Pero Jesús vendrá muy pronto para saldar cuentas y restablecer lo que es de Él.
No perdamos de vista que nuestra responsabilidad es muy grande. Aquellos que son padres de familia, deben saber que es su responsabilidad que sus hijos sepan quien es Dios. Esto es lo más importante, ya que ellos deben saber que sólo existe un Dios y que todo fue hecho por Él y para Él (Colosenses 1: 15-20), con el fin de que ellos no se vuelvan a otros dioses, como el amor al dinero, amor a las drogas, la pornografía, la prostitución, el adulterio, etc, y que sepan que sus cuerpos y sus vidas le pertenecen a Dios.
Todos tenemos una resposabilidad muy grande y todos seremos juzgados por Dios por lo que hemos hecho con lo que Él nos ha dado en esta vida. Espero que todos los que lean esta entrada puedan decir que todo lo que hacen es para la honra y gloria de Dios.
” Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” Romanos 2: 5

