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Día del Señor 44

January 8, 2007

113. ¿Cuál es la voluntad del Señor para ti en el Décimo Mandamiento?
Que ni el más ligero pensamiento o deseo contrario a cualquiera de los mandamientos del Señor surja en mi corazón antes al contrario, que con todo mi corazón odie siempre al pecado y me complazca en todo lo que sea justo.[1] Ps. 19:7-14; 139:23, 24; Rom. 7:7, 8.

114. ¿Pero, pueden acaso los convertidos a Dios obedecer estos mandamientos perfectamente?
No. En esta vida aun los más santos muestran sólo un pequeño comienzo de esta obediencia. Mas sin embargo, con toda seriedad de propósito, comienzan a vivir de acuerdo a todos y no sólo a algunos de los mandamientos de Dios.

[1] Eccles. 7:20; Rom. 7:14, 15; I Cor. 13:9; I John 1:8. [2] Ps. 1:1, 2; Rom. 7:22-25; Phil. 3:12-16.
115. Si en esta vida nadie puede obedecer los Diez Mandamientos perfectamente… ¿Por qué entonces quiere el Señor que sean tan estrictamente predicados?
Primero: Para que cuanto más vivamos tanto más conozcamos nuestra pecaminosidad y así, con mayor solicitud, busquemos en Cristo el perdón de pecados y la justicia. Segundo, Para que mientras oramos a Dios pidiendo la gracia del Espíritu Santo, nunca dejemos de esforzarnos en ser renovados más y más a la imagen de Dioshasta que después de esta vida alcancemos nuestra meta: la perfección.[1] Ps. 32:5; Rom. 3:19-26; 7:7, 24, 25; I John 1:9. [2] I Cor. 9:24; Phil. 3:12-14; I John 3:1-3.

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